El sultán Moulay Ismaíl de Marruecos estuvo a punto de ser asesinado por un león en su parque real, pero supuestamente él mismo abatió a la bestia con un puñal en un acto de valor espectacular. Sea cierta o exagerada, esta historia ha contribuido a fortalecer su imagen de soberano poderoso, tanto en su país como en el extranjero. ¿Sabías que el sultán Moulay Ismaïl estuvo a punto de ser devorado por un león del Atlas? Conocido como «el rey guerrero», este sultán no solo derrotó a sus adversarios humanos, sino que también se enfrentó al rey de la selva. Este relato se sitúa en el intrincado contexto de la diplomacia marroquí con Francia durante el reinado de Moulay Ismaïl (1672-1727), una época en la que los leones poseían un fuerte valor simbólico y político. Estos majestuosos animales eran ofrecidos como regalos diplomáticos por el soberano marroquí y sus emisarios, representando poder, soberanía y valentía. En 1699, Abdellah ben Aïcha, embajador marroquí enviado por Moulay Ismaïl a Francia, se había convertido en una figura popular en Versalles y París. Cartas interceptadas revelaron que su hermano le había enviado «un pequeño leoncito». «Quizás era para complementar los regalos que el marqués de Breteuil había visto 'expuestos en un guardarropa del Rey: eran tres pieles de leones de un tamaño extraordinario'», escribe el historiador Bernard Rosenberger en su obra Leones, Santos y Sultanes en Marruecos. El cazador de leones Una de estas pieles, según Rosenberger, provenía de un león herido en el costado tras un incidente dramático y casi fatal que involucró al propio Moulay Ismaïl: «El embajador (Ben Aïcha) me confió en el camino que fue el Rey, su maestro, quien lo mató de una puñalada durante un evento bastante inusual.» La leyenda cuenta que el sultán paseaba por su parque real cuando un león domesticado, excitado por un rebaño de ovejas, atacó repentinamente. Los guardias intentaron repeler al animal con sus rifles, pero el león cargó. León del AtlasLeón del Atlas «Se lanzó sobre el Rey, colocando una garra en su hombro y otra en su cadera. Una de sus esposas lo sostuvo presionando su espalda contra la suya, dándole así la oportunidad de desenvainar su puñal y atravesar al león por el costado. Los guardias luego remataron a la bestia con disparos.» A pesar de este espectacular rescate, el sultán resultó gravemente herido bajo el brazo. Este incidente probablemente fue mencionado más tarde cuando un embajador marroquí reprochó a Luis XIV por no haber preguntado sobre la salud del sultán. Interpretaciones alternativas Una versión muy diferente de los hechos aparece en un documento judío fechado en 5459 según el calendario hebreo (1698-1699 d.C.). Según este relato, el sultán habría hecho arrojar a cuatro cautivos cristianos a los leones en su presencia. Durante el espectáculo, uno de los leones habría dirigido su atención hacia Moulay Ismaïl, quizás a instancias desesperadas de uno de los prisioneros, y casi lo habría devorado. Para la corte marroquí y los diplomáticos extranjeros, el león se convirtió en el símbolo del coraje incomparable y la autoridad de Moulay Ismaïl. Ya sea que esta historia sea completamente cierta o embellecida, el relato del sultán y el león sirvió un poderoso propósito político: reforzar su legitimidad en el país e impresionar a las cortes extranjeras.