El pachá Thami El Glaoui, uno de los más ricos de su época pero también uno de los más controvertidos, poseía varias residencias esparcidas por el reino. La Kasbah Télouet es un ejemplo concreto de su poder y éxito. La Kasbah de Télouet, una joya arquitectónica situada en el pueblo homónimo al sur de Marruecos, en la provincia de Uarzazat, es un testimonio del esplendor de otra época. Aunque abandonada, la estructura aún resiste los embates del clima y nos recuerda el poder de uno de los pachás más influyentes durante el protectorado francés. La ubicación estratégica de la Kasbah reflejaba la autoridad y el alcance de Thami El Glaoui. A tan solo 31 kilómetros de Tizi n'Tichka, esta fortaleza ofrece vistas impresionantes de los pueblos bereberes y las verdes montañas circundantes. Originalmente, la Kasbah estaba situada en una ruta crucial para las caravanas comerciales que conectaban el desierto con las grandes ciudades al otro lado del Atlas, cerca de las minas de sal que enriquecieron a los pachás de Télouet. La construcción de la Kasbah comenzó alrededor de 1860 por los Glaoua y fue ampliada en la primera mitad del siglo XX por Thami El Glaoui, en el apogeo de su poder. Las cigüeñas han encontrado refugio en la kasbah ahora. / Ph. DR El esplendor del señor del sur de Marruecos Los viajeros que transitaban por este camino ofrecían presentes a la familia Glaoui. Según cuenta la leyenda, el pachá contrató a 300 artesanos para decorar las paredes y techos de la Kasbah, un trabajo que tomó tres años de dedicación. La Kasbah es una mezcla de tradición bereber y sahariana, lujo árabe-andaluz y opulencia europea. El mármol era importado de Italia, las alfombras venían de Persia y los vidrios de Venecia. Nada parecía detener los deseos de lujo del pachá. Los mejores artesanos esculpieron los elaborados estucos y los suntuosos mosaicos con motivos tradicionales. El zellige cubre las paredes del palacio y la madera de cedro adorna los techos. Los turistas que visitan la Kasbah son transportados a otra época, mientras recorren los numerosos pasillos de las ruinas. La entrada al lugar tiene un costo de entre 10 y 20 dirhams, y hay guías disponibles para ofrecer un recorrido histórico. Solo quedan ruinas de la kasbah de Télouet. / Ph. Finttour Un poco de historia… Regresemos en el tiempo a cuando el pachá El Glaoui gobernaba Marrakech. Hijo de Si Mohamed Ben Hammou, de la tribu Glaoua, una de las más importantes del Alto Atlas, y de Zora, una etíope, fue conocido como el «señor del Atlas». Respetado y temido, ejerció su poder entre 1912 y 1955, durante el protectorado francés. El sultán Moulay Youssef lo nombró pachá, y El Glaoui consolidó su autoridad asegurándose el control absoluto sobre el sur del reino. Su megalomanía lo llevó a colaborar con los franceses para derrocar al sultán Mohammed V e instalar al sultán títere Mohammed Ben Arafa. Durante este periodo, la familia El Glaoui fue una de las más influyentes del reino. Tras la muerte de Thami El Glaoui, la Kasbah de Télouet quedó en el abandono. Sus muebles, alfombras e incluso ventanas fueron saqueados. Las paredes de adobe se desmoronan lentamente, simbolizando un poder efímero.