A finales de mayo, en Sevran y varias localidades de Île-de-France, la policía arrestó a cuatro individuos sospechosos de operar un sofisticado esquema de blanqueo de dinero. En el epicentro de esta trama se encuentra Mohamed Q., un franco-marroquí de 42 años, oriundo del barrio de Beaudottes en Seine-Saint-Denis, cerca de París, quien ya era conocido por las autoridades. Mohamed ha sido puesto en prisión preventiva, mientras que los otros tres sospechosos, con edades entre 39 y 40 años, fueron liberados bajo control judicial, según informa Le Parisien. La investigación, que comenzó a finales de 2022 por parte de la brigada financiera de París, identificó a Mohamed como un empresario local que habría utilizado múltiples empresas fantasma para camuflar flujos de dinero sospechosos. Además, habría reclutado testaferros para aparentar estar desvinculado, mientras mantenía el control efectivo de sus operaciones. Entre sus negocios se encontraban un taller mecánico, una agencia inmobiliaria, una tienda de telefonía conocida como «taxiphone» e incluso un servicio de alquiler de coches que operaba sin autorización. Estos establecimientos habrían servido para inyectar o esconder fondos, utilizando con frecuencia dinero en efectivo. Durante los registros realizados al momento de las detenciones, se incautaron 5,2 millones de euros en cuentas asociadas a estas estructuras, además de diversos objetos de valor. La investigación también ha revelado inversiones inmobiliarias, incluyendo una en Marruecos. El principal sospechoso llevaba un estilo de vida que no se correspondía con sus ingresos declarados. Bajo custodia, los sospechosos han mostrado un comportamiento reservado o confuso, cooperando poco con las autoridades. La investigación sigue su curso para desentrañar los vínculos exactos entre estas empresas, los movimientos de fondos y posibles conexiones con el tráfico de drogas.