El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, afirmó este martes en Rabat que Marruecos, en virtud de su responsabilidad histórica y su presidencia del Comité Al-Qods, considera que la solución de dos Estados es esencial para asegurar la paz y estabilidad en la región. Durante la apertura de la quinta reunión de la Alianza Global para la Implementación de la Solución de Dos Estados, organizada conjuntamente por Marruecos y los Países Bajos bajo el lema «Mantener la dinámica del proceso de paz: lecciones aprendidas, éxitos y perspectivas», Bourita explicó que esta solución «es la única opción donde todos ganan: los palestinos obtienen libertad y dignidad, los israelíes seguridad y estabilidad, y la región en su conjunto oportunidades de desarrollo y progreso». En este contexto, añadió que «las guerras y la violencia han enfrentado a las partes sin lograr nunca una paz o seguridad duradera. Hoy es crucial transformar esta opción en una hoja de ruta con un calendario preciso y pasos claros y responsables». Bourita subrayó que «algunos pierden con la implementación de esta solución: los extremistas de todos los bandos, que se alimentan del conflicto. También pierden aquellos que comercian con consignas y pretenden apoyar al pueblo palestino sin ofrecerle siquiera un saco de arroz, prefiriendo la comodidad de la oposición a la responsabilidad de la acción». Destacó que la solución de dos Estados no es una idea pasajera, sino una elección histórica respaldada por la comunidad internacional durante décadas. A pesar de las crisis sucesivas, esta opción sigue siendo el único horizonte posible para una solución justa y duradera que permita el establecimiento de un Estado palestino independiente en las fronteras del 4 de junio de 1967, con Al-Qods Este como capital. Bourita enfatizó que el rey ha definido claramente los parámetros para superar el actual estancamiento en su discurso en la última Cumbre Árabe en Bagdad, que consisten en el cese inmediato de las operaciones militares, percibido como una prioridad humanitaria y política, así como la necesidad de enfrentar los ataques en Cisjordania, incluidos los desalojos y desplazamientos forzados. También se trata de garantizar la entrega de ayuda humanitaria sin obstáculos ni condiciones, de apoyar a la UNRWA para que continúe su labor humanitaria, y de lanzar un plan integrado de reconstrucción conforme a las conclusiones de la última Cumbre de El Cairo, bajo la supervisión de la Autoridad Palestina, con seguimiento árabe e internacional. Por otro lado, Bourita destacó que el enfoque de la Alianza Global para la Implementación de la Solución de Dos Estados se basa en tres ejes principales. El primero es aprovechar los éxitos del pasado para converger hacia un futuro prometedor. «No recordamos los acuerdos de paz anteriores para justificar los fracasos, sino para demostrar que la paz no es una quimera, sino una perspectiva realizable siempre que exista la voluntad de lograrla», afirmó. El segundo eje busca fortalecer el apoyo institucional a la Autoridad Nacional Palestina. Según el ministro, la Autoridad Nacional, bajo la dirección del presidente Mahmoud Abbas, sigue siendo el único socio posible, y el fortalecimiento de sus capacidades y legitimidad es esencial para el éxito de la solución de dos Estados, sin que ello sea una condición previa para el reconocimiento del Estado palestino, ya que la soberanía de los pueblos no debe estar condicionada. En cuanto al tercer eje, Bourita indicó que se centra en integrar la dimensión económica en el proceso de paz, subrayando que no puede haber paz sin una base económica sólida. «La economía de la paz» debe ser un motor de integración, una palanca para la coexistencia y una plataforma para lanzar proyectos comunes, dijo. El ministro destacó que la celebración de esta reunión, en un contexto dramático marcado por la continuada agresión israelí en la Franja de Gaza, no es un simple encuentro diplomático, sino un mensaje de esperanza dirigido a los pueblos de Oriente Medio y un paso concreto hacia el relanzamiento de la opción de los dos Estados, con el objetivo de convertirla en una realidad tangible a través de medidas efectivas.