Desde la semana pasada, las informaciones sobre prometedores contenidos de oro en Guelmim han sugerido un descubrimiento importante. Sin embargo, el experto minero Youssef Daafi advierte: sin una perforación estructurada y el cumplimiento de las normas internacionales, tales resultados aún no pueden considerarse un yacimiento confirmado. La semana pasada, los medios marroquíes se llenaron de titulares sobre el supuesto «descubrimiento de un yacimiento de oro» en Guelmim. Según Olah Palace, una plataforma dedicada a la exploración y desarrollo de sitios minerales en Marruecos, se encontraron 34 vetas de cuarzo con concentraciones significativas de oro. Inicialmente, los resultados indicaban contenidos que oscilaban entre 6 g/t y 300 g/t. Sin embargo, la empresa corrigió esta cifra, admitiendo un error de comunicación: el rango real era de 6 g/t a 30 g/t, no 300. A pesar de la aclaración, la información original se viralizó, amplificada por interpretaciones mediáticas sin matices. Una indicación preliminar, no un descubrimiento El experto minero marroquí Youssef Daafi advierte que los resultados en Guelmim no deben considerarse un «descubrimiento», sino más bien una indicación geológica preliminar. «Estos resultados pueden ser prometedores, pero solo reflejan una parte muy localizada de la mineralización», explicó en un artículo publicado en LinkedIn. «Una muestra, aunque rica, no prueba la existencia de un recurso mineral, mucho menos de una reserva», afirmó. Sin una campaña de perforación estructurada, es imposible determinar si los contenidos son consistentes, se extienden en profundidad o desaparecen rápidamente. Las muestras suelen tomarse de las partes más visibles y accesibles de las vetas mineralizadas, lo que genera un «sesgo positivo», según Daafi. Las palabras importan, al igual que las normas internacionales Confirmar un recurso aurífero es un proceso largo y estructurado, guiado por normas internacionales, sostiene Daafi. Destaca el papel del CRIRSCO (Committee for Mineral Reserves International Reporting Standards), que establece el marco global para el reporte de recursos minerales y reservas. La misión de CRIRSCO es armonizar las definiciones y normas a nivel mundial, proporcionando una hoja de ruta desde la exploración inicial hasta el desarrollo minero, escribe Daafi. En este contexto, los recursos minerales se dividen en tres niveles de confianza: recursos inferidos, indicados y medidos. Las reservas minerales representan la parte económicamente explotable de estos recursos, confirmada tras estudios técnicos y económicos. Daafi también menciona el marco complementario de la ONU, el UNFC (United Nations Framework Classification), que evalúa los proyectos según su viabilidad socioeconómica, viabilidad del proyecto y conocimiento geológico. Los riesgos de la cobertura mediática La exaltación en torno a Guelmim no es un fenómeno nuevo. Las empresas suelen hablar de «potencial» o «perspectivas» mineras, pero el problema surge cuando los medios traducen estos términos como «yacimiento» o «descubrimiento», que tienen definiciones precisas en el ámbito minero, advierte Daafi. «Esta confusión a menudo surge de los esfuerzos por simplificar o sensacionalizar un comunicado técnico, pero alimenta falsas expectativas y un bombo mediático en torno a información frágil», precisó. En resumen, las muestras de alto contenido no son suficientes para hacer una mina. Como señala Daafi, la verdadera prueba radica en respetar las normas reconocidas internacionalmente que separan «una simple indicación geológica de una realidad industrial».