Cerca de sesenta personalidades marroquíes, entre políticos, intelectuales, medios de comunicación y activistas de derechos humanos, han enviado una carta abierta a Mohammed VI en apoyo al movimiento GenZ 212, que se ha estado manifestando durante los últimos diez días. Los firmantes han instado al rey a intervenir de manera urgente para poner fin al ciclo de arrestos y para iniciar un proceso de reforma integral de la gobernanza. Aproximadamente sesenta figuras del ámbito político, intelectual, mediático y de derechos humanos han dirigido una carta abierta al rey Mohammed VI, a quien se refieren como «la más alta autoridad del país». En esta misiva, que aboga por reformas profundas, se destaca que «el pueblo marroquí está sufriendo y su juventud ha salido a las calles desde hace diez días», mientras que la respuesta de las autoridades ha sido «represión y cientos de arrestos». Entre los firmantes se encuentran el exparlamentario y líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) Abdelaziz Aftati, el abogado Abderrahim Jamai, el periodista Omar Radi, el poeta y escritor Abdellatif Laabi, el académico y periodista Omar Brouksy, el activista Ahmed Benchemsi, el académico Bachir Ben Barka, el escritor y activista Ahmed Assid, el historiador Maâti Monjib, así como la diputada Nabila Mounib. Los firmantes han subrayado que la gravedad de la situación los ha llevado a dirigirse al monarca «antes de que la espiral de desesperación y violencia, Dios nos libre, nos conduzca hacia lo desconocido». La carta sostiene que la juventud, verdadero motor de la sociedad marroquí, «exige reformas en los sectores de salud y educación», e incluso «una reestructuración completa del enfoque de gobernanza». Estas demandas, consideradas legítimas y ampliamente respaldadas, requieren una respuesta política concreta. Además, los firmantes han señalado que los jóvenes piden la dimisión del gobierno liderado por Aziz Akhannouch. «No podemos más que apoyarlos en esta solicitud, que debería realizarse por medios constitucionales apropiados», escriben. «Sin embargo, para quienes conocen la verdadera fuente del poder ejecutivo en Marruecos, tal acción seguirá siendo simbólica, sin importar su fuerza. Los símbolos por sí solos no son suficientes. Lo que realmente se necesita es abordar las causas profundas y estructurales de la ira que sacude a nuestro país», subraya la carta. El documento propone un enfoque de fondo a través de tres ejes principales: moralizar el poder luchando contra la corrupción y la colusión entre dinero y poder; revisar las prioridades del Estado según las necesidades fundamentales de los ciudadanos, especialmente la educación, la salud y el empleo; y restaurar la credibilidad de las instituciones vinculando el ejercicio del poder real a la responsabilidad política ante el pueblo. Recomendaciones de reformas En su carta abierta, los firmantes han solicitado respetuosamente al rey Mohammed VI que presente las condolencias del Estado a las familias de las víctimas de las recientes violencias, al tiempo que garantice la transparencia de las investigaciones para establecer responsabilidades. La semana pasada, el ministerio del Interior marroquí anunció la muerte de tres personas en Lqliaa (provincia de Inzegane) tras un intento de asalto al centro de la Gendarmería Real para apoderarse de armas y municiones. En la carta, los firmantes han llamado a una nueva dinámica en materia de derechos humanos, con la liberación de todos los detenidos del movimiento GenZ 212, de los presos políticos y de conciencia en Marruecos, comenzando por los del Hirak del Rif. También han abogado por la independencia de los medios públicos y su pluralidad efectiva, así como una reforma del Código Penal para eliminar los obstáculos a la libertad de expresión. Asimismo, han solicitado «un proceso de reforma constitucional que consagre verdaderamente la soberanía democrática del pueblo, las libertades fundamentales y la separación de poderes, a través de una ruptura con las prácticas pasadas de nombramiento de comisiones constitucionales». Finalmente, han llamado a «la apertura de un diálogo nacional que asegure una representación completa, con el objetivo de revisar las prioridades económicas y sociales de Marruecos y los medios para implementarlas». Los firmantes expresan la esperanza de que su misiva logre resultados positivos.