Después de una caída en 2022, las exportaciones de clementinas marroquíes han vuelto a repuntar, según un informe de EastFruit. La Oficina de Cambios de Marruecos reportó que se exportaron 436,000 toneladas de clementinas, generando ingresos de 369 millones de dólares entre julio de 2024 y febrero de 2025. Esto representa un aumento del 13,3 % en comparación con el mismo período de la temporada 2022/2023, y un incremento del 11,3 % respecto a la temporada 2023/2024. La temporada principal de exportación de clementinas marroquíes abarca de noviembre a febrero, cuando la demanda de cítricos es especialmente alta debido a las festividades. Durante la temporada 2024/2025, Marruecos exportó 94,000 toneladas en noviembre y 122,300 toneladas en diciembre de 2024. Las clementinas son fundamentales para el sector de exportaciones agrícolas de Marruecos, ubicándose justo detrás de los tomates. El país está entre los cinco principales exportadores mundiales de clementinas, aunque las sequías de 2022 y 2023 afectaron las cosechas y redujeron los volúmenes de exportación. La recuperación observada durante la temporada 2024/2025 se debe a la mejora de las condiciones climáticas y a la expansión de la irrigación por goteo. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos prevé que la producción marroquí de clementinas alcance 1,1 millones de toneladas para la temporada 2024/2025, lo que representa un aumento del 16 % en comparación con 2023/2024, con exportaciones proyectadas de 500,000 toneladas. Rusia, Estados Unidos y Canadá continúan siendo los principales mercados para las clementinas marroquíes. Rusia importó 88,200 toneladas, mientras que las importaciones canadienses aumentaron un 8 %, alcanzando 65,800 toneladas. Los mercados europeos, especialmente el Reino Unido, los Países Bajos y Francia, también muestran un crecimiento notable. Marruecos sigue ampliando su presencia internacional, pasando de 58 países importadores en 2023/2024 a 61 en 2024/2025. Entre los mercados emergentes se encuentran Alemania, Sudáfrica, Lituania, Guinea, Brasil y Bélgica. Alemania y Lituania incluso han duplicado sus importaciones. A pesar de esta dinámica positiva, persisten desafíos, especialmente la competencia con España y Turquía, así como los efectos del cambio climático, lo que subraya la necesidad de adoptar prácticas agrícolas sostenibles.