La directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, finalizó su visita a Marruecos destacando el compromiso de la organización en respaldar la gobernanza migratoria mediante «enfoques equilibrados de la movilidad» que buscan «fortalecer la resiliencia, fomentar la solidaridad y promover un desarrollo sostenible». Durante su estancia, Pope se reunió con altos funcionarios del gobierno marroquí en Rabat, incluyendo al ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, y al ministro del Interior, Abdelouafi Laftit. Además, Amy Pope «intercambió con migrantes, escuchando sus experiencias, aspiraciones y las dificultades que enfrentan para acceder a la protección, documentación y servicios esenciales», según un comunicado emitido el martes. En Casablanca, también presenció «cómo iniciativas como la Copa Africana de Convivencia fomentan el diálogo, el espíritu de equipo y el liderazgo juvenil a través del deporte». La OIM, citando a su directora, señaló que Marruecos sigue siendo «un socio esencial y un modelo de liderazgo en la escena internacional» en el ámbito migratorio, siendo un pilar del Pacto Mundial sobre Migraciones (GCM). En 2018, el reino fue sede de la adopción del Pacto Mundial durante la Conferencia de Marrakech. En este contexto, Marruecos ha «demostrado, a través de sus políticas, cómo la ampliación de las vías legales, el fortalecimiento de la gestión fronteriza y la reintegración a nivel local pueden reducir la migración irregular y consolidar las comunidades, tanto a nivel nacional como internacional», según la OIM. En la misma línea, Amy Pope subrayó la «visión centrada en el ser humano» de Marruecos, mostrando que la migración, «cuando se gestiona adecuadamente, puede impulsar el desarrollo, fortalecer la resiliencia y unir a las comunidades más allá de las fronteras».