Marruecos planea cubrir el 60% de sus necesidades de agua potable mediante la desalación para 2030, en comparación con el 25% actual, según anunció el jueves el ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, en el Congreso Mundial del Agua celebrado en Marrakech. En declaraciones a Reuters, el ministro subrayó que la desalación se ha vuelto crucial para garantizar la producción alimentaria del país y el suministro de agua a largo plazo, especialmente después de varios años de sequía consecutiva. De acuerdo con Nizar Baraka, Marruecos aspira a generar 1,7 mil millones de metros cúbicos de agua desalinizada anualmente para 2030, apoyándose en plantas actualmente en construcción y en nuevas instalaciones, cuyas licitaciones comenzarán el próximo año. El proyecto más ambicioso se ubicará cerca de Tiznit, con una inversión aproximada de 10 mil millones de dirhams. Con una capacidad proyectada de 350 millones de metros cúbicos, esta planta abastecerá a varios centros urbanos en el corazón agrícola de Marruecos, así como a las tierras agrícolas circundantes. «Ya se están realizando estudios, y se prevé que la licitación se lance a mediados de 2026», señaló Baraka. Se contemplan otras plantas en Nador, Tánger y Rabat, esta última en colaboración con la empresa francesa Veolia, además de en Tantan, donde el gobierno planea un puerto especializado en la exportación de hidrógeno verde y amoníaco. Actualmente, Marruecos opera 17 plantas de desalación que producen 345 millones de metros cúbicos al año. Cuatro instalaciones adicionales, con una capacidad combinada de 540 millones de metros cúbicos, están en construcción y se espera que estén completadas para 2027, incluida una nueva gran planta en Casablanca. Nizar Baraka destacó que «todas las nuevas plantas de desalación serán alimentadas por energías renovables». Para mitigar la evaporación en las presas, que se estima causa la pérdida del 30% del agua superficial de Marruecos, el país ha comenzado a instalar paneles solares flotantes, iniciando con un proyecto piloto cerca de Tánger. «Esta experiencia se extenderá a las presas en el sur y las regiones montañosas», añadió el ministro.