Condenados a muerte en febrero de 2024 por el tribunal militar de Puntlandia en Somalia, seis detenidos marroquíes fueron absueltos en apelación. Desde mayo del año pasado, la jurisdicción ordenó liberarlos y entregarlos a la administración dependiente del ministerio de Justicia del país, con el fin de facilitar su repatriación. Desde entonces, permanecen encarcelados, sin ver la luz al final del túnel. Ahmed N., un marroquí residente en España junto a su familia, emprendió un viaje a Turquía que cambiaría su vida de manera drástica. Lo que comenzó como una promesa de una oportunidad laboral lucrativa, lo llevó a un camino sin retorno. Tras seguir a un grupo de personas, Ahmed se encontró atrapado en Somalia bajo el control de Daesh. «Todos habíamos construido nuestra vida en España. En un momento, Ahmed quiso regresar a Marruecos para invertir, pero las dificultades que encontró lo hicieron volver aquí. Luego viajó a Turquía y conoció a personas que le prometieron ayudarlo. No sabía que terminaría en una zona controlada por grupos terroristas en Somalia», relató Najat, hermana de Ahmed, a Yabiladi. Desde el año pasado, Najat ha estado luchando por liberar a su hermano de prisión. Inicialmente, un tribunal militar en Puntland lo condenó a él y a otros cinco marroquíes a la pena de muerte por presunta pertenencia a Daesh en Somalia. Según el fallo, los acusados se habrían unido a los campamentos de Cal Miskaat, en el noreste del país. La defensa logra la absolución en apelación Documentos revisados por Yabiladi revelan que algunos de los implicados habrían llegado a Somalia desde Marruecos, pasando por Turquía y Etiopía. En Cal Miskaat, supuestamente recibieron entrenamiento en el manejo de armas ligeras, como el AK47. Sin embargo, habrían abandonado el proceso, intentando escapar del grupo terrorista. Ahmed, quien llegó desde España vía Turquía, no habría participado en los entrenamientos armados, según su familia. Ellos aseguran que fue «engañado con la posibilidad de invertir en agricultura» en Somalia. Al descubrir que estaba en una zona controlada por Daesh, se encontró sin opciones para regresar. «El mismo se dirigió al Creciente Rojo y a las autoridades locales antes de ser entregado al ejército. No fue arrestado en combate, sino que se entregó voluntariamente, ya que no es miembro de Daesh, sino un desertor que rechazó el proyecto terrorista», explicó su hermana a nuestra redacción. En marzo de 2024, varias ONG marroquíes criticaron el veredicto inicial. La Coalición Marroquí contra la Pena de Muerte (CMCPM), la Asociación para un Juicio Justo y la Red de Abogados contra la Pena de Muerte pidieron a las autoridades marroquíes que tomaran medidas urgentes para su repatriación. En apelación, el tribunal consideró los argumentos de la defensa, que reforzaron la narrativa de que los seis ciudadanos huyeron y nunca confesaron pertenecer a Daesh, basándose en disposiciones del Código Penal. Según el entorno de Ahmed, «los argumentos demostraron que estos hombres eran víctimas de trata de personas». «Fueron atraídos a Somalia con promesas de mejores oportunidades laborales. Al descubrir las intenciones de Daesh de reclutarlos, huyeron y se entregaron voluntariamente a la policía del Estado de Puntland, lo que evidencia su rechazo a unirse a un grupo terrorista», señalaron fuentes cercanas al caso, contactadas por Yabiladi.