En esta primera entrevista previa al FIFM 2025, la directora y asesora del Presidente de la Fundación del FIFM, Mélita Toscan du Plantier, repasa las particularidades de la vigésima segunda edición. Más allá de la programación, destaca cómo este evento se ha consolidado a lo largo de los años como un cruce de caminos para los cines del mundo y un epicentro para la creación de nuevos proyectos, con un impacto en los profesionales de la región. Si la promesa es un hilo de compromisos que forja lazos sólidos, el Festival Internacional de Cine de Marrakech (FIFM) ha cumplido con los suyos desde 2001, ofreciendo una selección ecléctica de cine que abarca tanto el documental como la ficción, situándose en la intersección entre lo real y lo imaginario. Durante más de veinte años, el festival ha destacado tanto a veteranos del séptimo arte como a talentos emergentes. En la ciudad ocre, muchos han encontrado su luz, han desarrollado proyectos y han sido premiados por la calidad de sus obras, convirtiéndose en ventanas hacia diferentes mundos. De cara a la vigésima segunda edición (del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 2025), Mélita Toscan du Plantier, directora y asesora del Presidente de la Fundación del FIFM, destaca en Yabiladi las decisiones artísticas que celebran esta diversidad. En esta entrevista, también se aborda el apoyo a estas formas de creación cinematográfica, que hacen del FIFM un espacio de libre expresión para los cines de todos los continentes. Los directores y artistas en cartelera provienen de Marruecos y de todos los rincones del mundo. ¿Es una manera de celebrar el cine en su dimensión internacional? El festival siempre ha acogido a artistas de orígenes muy diversos. Este año, la presencia de las cuatro personalidades a las que rendimos homenaje es una clara ilustración: Jodie Foster, cuya carrera excepcional abarca más de cinco décadas; Guillermo del Toro, cuyo imaginario ha renovado profundamente el cine contemporáneo; Raouya, voz esencial del cine marroquí; y Hussein Fahmi, figura destacada del cine egipcio y árabe. Jodie Foster, Guillermo del Toro, Raouya y Hussein Fahmi (de izq. a der.) Esta diversidad refleja cómo el cine circula hoy en día: obras, sensibilidades y experiencias que se cruzan y responden de un continente a otro. El festival se inscribe naturalmente en este movimiento, creando un marco donde estas voces pueden encontrarse y compartirse con el público. El FIFM 2025 incluye 82 películas, más que en las ediciones de los últimos años. ¿Cómo se pensó esta selección? Hemos buscado construir una selección que refleje realmente la diversidad de formas, escrituras y miradas que atraviesan hoy el cine mundial. Las 82 películas de esta edición provienen de 31 países y están distribuidas en secciones que tienen cada una una función precisa. La Competencia destaca 14 primeros y segundos largometrajes, una elección que se inscribe en la voluntad del festival de acompañar la emergencia de nuevos autores. Esta sección es muy atenta a lo que producen los jóvenes cineastas, a menudo comprometidos, con propuestas formales fuertes. Los Galas presentan películas esperadas, estrenos mundiales o internacionales, o también las obras de los artistas a los que rendimos homenaje este año. Horizontes, por su parte, ofrece un panorama del cine contemporáneo a través de 19 películas, asociando grandes nombres – Park Chan-wook, Claire Denis, Jim Jarmusch, Kelly Reichardt – y una nueva generación de autores cuyas obras ya circulan en los grandes festivales internacionales. El 11º Continente acoge películas más experimentales o que exploran escrituras menos convencionales, ya sean ficciones o documentales. Es una sección que permite mostrar un cine que busca, que inventa, y que no entra necesariamente en las categorías clásicas. Entre las 15 películas marroquíes del programa figura la versión restaurada de «Mirage» de Ahmed Bouanani El panorama marroquí de este año reúne una colección de películas de ficción y documentales que reflejan la diversidad del cine nacional. Incluye obras de cineastas consagrados, así como de jóvenes directores, mostrando una variedad de enfoques tanto en la temática como en las decisiones de dirección. Esta sección es importante para nosotros, ya que nos permite presentar al público y a los profesionales una imagen fiel de la actualidad cinematográfica marroquí. La sección Público Joven y Familiar complementa el programa con una programación diseñada para acercar el cine a los jóvenes espectadores y ofrecerles películas adecuadas para su edad, manteniendo un alto nivel de excelencia artística. El mayor número de películas este año se debe a la alta calidad de las propuestas recibidas. La selección se concibió como un todo coherente, donde cada sección contribuye, a su manera, a reflejar el panorama del cine contemporáneo. Estas películas representan cines de todo el mundo: producciones árabes y marroquíes se presentan en diversas secciones. ¿Es esta una decisión artística para derribar las barreras entre las películas y una determinada visión del cine, que aún no las incluye suficientemente junto a las llamadas películas internacionales? Sí, es una decisión artística, pero sobre todo, una evolución natural del proceso de selección. El cine árabe y marroquí actual desarrolla estilos y enfoques que dialogan libremente con el de otras culturas. Por ello, es lógico encontrarlos en distintas secciones: en Competición, en Gala, en Horizontes o en la sección 11º Continente, según lo requiera cada película. La idea no es «derribar barreras», sino simplemente valorar estas obras en su contexto artístico. Encuentran su lugar en las secciones del festival en función de su identidad, su narrativa y su enfoque, al igual que otras películas internacionales. ¿Cómo ha evolucionado la visibilidad del cine marroquí, regional, árabe y africano en el Festival Internacional de Cine de Marrakech (FIFM) a lo largo de los años? Se ha fortalecido notablemente con el paso del tiempo. Uno de los hitos más importantes fue 2023, cuando la Estrella de Oro del Festival se otorgó por primera vez a una película marroquí: «La madre de todas las mentiras», de Asmae El Moudir. Esta película había recibido apoyo en dos ocasiones de los Talleres Atlas antes de ganar un premio en Cannes, lo que demuestra la continuidad del apoyo que nos esforzamos por brindar. Ese mismo año, «Los paquetes», de Kamal Lazraq, también surgida de los Talleres, recibió premios en Cannes y Marrakech. Desde la creación de los Talleres Atlas en 2018, hemos visto un verdadero impulso, tanto en Marruecos como en toda la región. Hoy en día, Atlas Programs, con sus diversos componentes (Talleres Atlas, Estación Atlas, Distribución Atlas, Prensa Atlas), apoya a las películas en varias etapas de su desarrollo, desde la producción hasta la distribución. El resultado se evidencia en la creciente y diversa presencia del cine marroquí en la selección: desde óperas primas hasta obras de cineastas consagrados, incluyendo documentales, largometrajes de ficción y proyectos que han participado en los Talleres. A nivel regional, se observa la misma vitalidad: una generación de cineastas árabes y africanos que desarrollan enfoques únicos, a menudo reconocidos en importantes festivales internacionales. Esta evolución surge de su creatividad, la paulatina estructuración de los ecosistemas locales y mecanismos de apoyo como el que el Festival ha consolidado a lo largo de los años. ¿Qué nos deparan las Conversaciones de este año? Las Conversaciones son un espacio donde los artistas pueden compartir libremente sus trayectorias, métodos de trabajo y su visión de la relación con el cine. Es un formato que nos permite escuchar voces muy diversas, cada una con su propia experiencia y sensibilidad. Este año, tenemos el privilegio de contar con Bong Joon-ho, Presidente del Jurado, quien compartirá su enfoque sobre el género y la narrativa durante una Conversación que tendrá lugar el último día del Festival. Jodie Foster reflexionará sobre una carrera que abarca varias décadas, tanto delante como detrás de la cámara. Guillermo del Toro hablará sobre su relación con la fantasía y el proceso creativo. Andrew Dominik conversará sobre su trabajo con personajes complejos, difuminando las fronteras entre la ficción y el retrato. Laurence Fishburne compartirá su experiencia como actor, productor y director. Karan Johar nos hablará sobre la industria cinematográfica de Bollywood y sus métodos de producción. Bill Kramer analizará el papel que desempeña hoy en día una institución como los Óscar. Nadine Labaki, Kleber Mendonça Filho, Jafar Panahi, Tahar Rahim y Yousra intervendrán desde sus perspectivas únicas. Dos diálogos completarán el programa: una conversación entre Virginie Efira y Chiara Mastroianni sobre actuación, y otra entre Asmae El Moudir y Karima Saïdi sobre cómo el documental marroquí explora la memoria. Estos eventos son muy esperados por el público, ya que ofrecen acceso directo a las ideas y la obra de los artistas. Este privilegio se valora aún más por ser totalmente gratuitos, al igual que todas las proyecciones del Festival: basta con registrarse en línea para asistir. Desde el año pasado, las Conversaciones se celebran en el Théâtre Meydene, en la Avenida M, un espacio que nos permite recibir al público en excelentes condiciones. Además de las películas, esta edición amplía los programas de apoyo, incluidos los Talleres Atlas. ¿Cómo han evolucionado estas iniciativas? ¿Qué rumbo toman? Los Programas Atlas se han ido construyendo gradualmente, a partir de las necesidades que observamos entre cineastas y profesionales de la región. Los Talleres Atlas han sido el pilar de esta iniciativa desde 2018: apoyan proyectos en desarrollo, rodaje y posproducción, brindando una orientación muy práctica que ha resultado crucial para numerosas películas árabes, africanas y marroquíes. Con los años, el programa se ha ampliado para abarcar mejor las distintas etapas del proceso de producción cinematográfica. Atlas Station apoya ahora a jóvenes productores y directores marroquíes, ofreciéndoles un marco para el intercambio y la creación de redes profesionales directamente vinculadas a la realidad de la industria. Los Premios Atlas Distribution, de reciente creación, fomentan la distribución de películas en la región. Este año se han sumado los Encuentros Atlas Distribution, que reúnen a distribuidores de África, el mundo árabe y Europa para crear más vínculos entre los mercados. También hemos desarrollado Atlas Press, un programa para periodistas y estudiantes de Marruecos, con el fin de impulsar el surgimiento de nuevas formas de crítica cinematográfica y promover un enfoque crítico, atento y abierto. El enfoque general sigue siendo el mismo: ofrecer apoyo a distintos niveles, atentos a la evolución de las prácticas, expectativas y necesidades de los profesionales. Nuestra ambición es contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a la consolidación de los ecosistemas cinematográficos marroquí, árabe y africano mediante la creación de espacios de trabajo que fomenten la continuidad, la transferencia de conocimientos y la cooperación. En los últimos años, el debate se ha ampliado para incluir a las industrias culturales y creativas (ICC) como motor del desarrollo humano y económico. ¿Se inscribe la evolución de los Programas Atlas en esta dinámica? Sí, porque hoy en día las ICC desempeñan un papel cada vez más importante en muchos países, y el cine es parte integral de ellas. Al fortalecer los mecanismos de apoyo, contribuimos a estructurar un entorno profesional favorable: transferencia de conocimientos, desarrollo de redes, mayor visibilidad y apoyo a la distribución. Esta es una forma de apoyar al ecosistema en su conjunto, no solo a las películas seleccionadas para el festival. Las películas proyectadas en el Festival Internacional de Cine de Marrakech (FIFM) están disponibles en diversos espacios, dirigidos tanto a jóvenes y cinéfilos noveles como a aficionados y profesionales. ¿Cómo ha influido esta apertura en la relación entre el público y las salas de cine en Marrakech? Ha ampliado las formas de experimentar el cine. Entre el Palacio de Congresos, el Coliseo, el Museo Yves Saint Laurent y el Meydene, se mezclan públicos diversos, cada uno con su propia manera de conectar con el cine. Esta variedad de espacios fomenta un sentido de pertenencia al festival y contribuye a que el cine sea una experiencia accesible y compartida en la ciudad.