Abdennour El Hichou, el último sospechoso marroquí involucrado en el trágico asesinato de dos guardias civiles españoles, quienes fueron atropellados por narcotraficantes en una lancha neumática en Barbate, ha confesado su participación en los hechos. En sus declaraciones, afirmó que «era la primera vez» que subía «a bordo de una lancha rápida utilizada para el narcotráfico». Durante su interrogatorio, El Hichou, quien había estado refugiado en Marruecos por más de un año, admitió haber estado en la embarcación junto a los otros tres sospechosos detenidos. Detalló que apenas dormían dos o tres horas al día y permanecían en el barco casi veinte días antes del incidente, ocurrido el 9 de febrero de 2024. Sus declaraciones también confirmaron que «Karim era el piloto del barco», tras la presencia inicial de un individuo de nacionalidad española. El Hichou describió una situación de extrema fatiga y deshidratación, alegando que no se les permitía regresar a tierra. «Solo hicimos un viaje y cuando vimos que los otros barcos se iban, los seguimos», explicó. Después del incidente, el acusado se dirigió a Sanlúcar de Barrameda, donde permaneció dos días antes de enterarse de la muerte de los dos guardias civiles tres días después, a través de las noticias en televisión. Sobre su decisión de entregarse a las autoridades españolas, lo atribuyó al fallecimiento de su padre y a su deseo de colaborar con la justicia. El implicado aseguró que su presencia a bordo era para el tráfico de cigarrillos, no de drogas.