Una misión de reconocimiento suiza en Marruecos destaca cómo las características geológicas del Alto Atlas y las tipologías de construcción vulnerables contribuyeron a los graves daños causados por el terremoto de 2023. Las observaciones buscan mejorar las estrategias de resiliencia, tanto para Suiza como para otras regiones montañosas vulnerables. Una misión de reconocimiento suiza, compuesta por científicos e ingenieros de la Sociedad Suiza de Ingeniería Parasísmica y Dinámica de Estructuras (SGEB), fue enviada a Marruecos tras el terremoto de septiembre de 2023. El equipo evaluó los daños en las edificaciones, documentó las tipologías de construcción predominantes y analizó los mecanismos constructivos en las zonas afectadas. Sus conclusiones buscan informar las estrategias suizas de reducción de riesgos y aportar a la investigación internacional sobre la resiliencia sísmica en regiones montañosas vulnerables. La misión se llevó a cabo entre el 23 y el 27 de noviembre de 2023. El equipo visitó varias de las ciudades más afectadas, incluyendo Talat N'Yaaqoub, Imgdal, Tafeghaghte y Amizmiz. Según las observaciones publicadas el martes 13 de mayo de 2025 en Nature, los daños más severos se concentraron en un radio de 60 km alrededor del epicentro, especialmente en las zonas rurales al pie del Alto Atlas. Estos daños no se debieron únicamente a la intensidad del terremoto, sino también a factores del terreno, como la geología, el relieve accidentado, las cuencas sedimentarias y los efectos de resonancia que amplificaron las ondas sísmicas. Por ejemplo, en Tafeghaghte, a 15 km del epicentro, casi todos los edificios fueron destruidos, y se observaron daños similares en Talat N'Yaaqoub. Tipologías de edificios vulnerables Los daños también fueron significativos debido a las tipologías de edificios y a los métodos de construcción de la región afectada, especialmente los edificios tradicionales del Alto Atlas. El equipo observó que las estructuras de tierra, como las construcciones de adobe y tapial, sufrieron daños importantes. Las vulnerabilidades incluían interfaces de materiales débiles, un mal acoplamiento en las esquinas y un refuerzo insuficiente, lo que provocó grietas verticales y el colapso de los muros. En la medina de Marrakech, también se observaron daños debido a varios factores. El equipo explicó que la vulnerabilidad sísmica de estos edificios dependía no solo de sus características estructurales y materiales, sino también de su posición dentro del conjunto, de las características geométricas y estructurales de los edificios adyacentes, y de las conexiones entre ellos. La falta de mantenimiento y las modificaciones no reguladas, incluidas las ampliaciones, también contribuyeron a su vulnerabilidad. Varios edificios históricos, incluidas las mezquitas Koutoubia y Kasbah, sufrieron daños, especialmente en sus minaretes, ya vulnerables debido a su altura y a la resonancia, según los investigadores. En contraste, las estructuras modernas de hormigón en Marrakech resistieron mejor, gracias a un diseño parasísmico. Las observaciones del equipo de la SGEB destacan cómo los factores geológicos, topográficos y específicos del sitio pueden amplificar los peligros sísmicos, sugiriendo que estudios similares pueden ayudar a fortalecer la resiliencia frente a futuros terremotos.