En pocos días, del 9 al 13 de junio de 2025, Niza será el escenario de la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC), organizada en colaboración con Costa Rica. A una década del Acuerdo de París sobre el clima, este evento llega en un momento crucial: mientras nuestros océanos, junto con los bosques, actúan como los verdaderos pulmones del planeta y alimentan a una parte significativa de la humanidad, nunca han estado tan amenazados. Los océanos están sufriendo las consecuencias directas de las actividades humanas: sobrepesca, contaminación plástica, aumento del nivel del mar y explotación desmedida de los fondos marinos, entre otros. Según el informe 2022 del IPCC, el transporte marítimo, que maneja el 70 % del comercio mundial de mercancías, es responsable del 16 % de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte de bienes. Este sector pone en riesgo la soberanía alimentaria de varios países, especialmente en la región del Mediterráneo. La urgencia ecológica debe ahora ocupar un lugar prioritario en la agenda global. Para lograrlo, Francia contará con el respaldo de un aliado estratégico: Marruecos. Ambas naciones, con acceso tanto al Atlántico como al Mediterráneo, comparten una visión común: proteger los océanos, comprenderlos mejor y convertirlos en motores de desarrollo sostenible. Desde hace varios meses, París y Rabat han estado colaborando para preparar esta conferencia. Las discusiones internacionales se centrarán en tres ejes principales: la protección de la biodiversidad marina, la financiación de una economía azul más responsable y el fortalecimiento del conocimiento científico sobre los fondos marinos. Este último punto se concretará con la creación de un "IPCC del océano", que reunirá a jefes de Estado, investigadores y mecenas para monitorear la salud de los océanos. Más de 2000 científicos participarán en el Congreso de Ciencia del Océano para establecer indicadores precisos, según un comunicado. Marruecos también busca amplificar la voz del continente africano. Al margen de la conferencia, el rey Mohammed VI organizará una cumbre de líderes africanos, subrayando que África, a menudo la primera víctima de los trastornos ambientales, debe ser parte de las soluciones. El reino destacará sus iniciativas ecológicas, como el futuro puerto de Dakhla Atlántico, diseñado para reducir la huella de carbono. El objetivo es aumentar del 3 % al 10 % las zonas marítimas protegidas para 2030. Además, la conferencia persigue dos objetivos claros: la implementación del tratado sobre biodiversidad en alta mar, adoptado en 2023, y la creación de un fondo de 100 mil millones de euros para apoyar proyectos marítimos sostenibles. Un foro de finanzas azules reunirá a gobiernos, empresas e inversores para alcanzar estas metas.