La administración Trump no escatima esfuerzos para resolver la cuestión del Sahara Occidental. Una determinación que, por el momento, se enfrenta al bloqueo argelino. En su oposición, Argelia juega la carta de las tierras raras y un proyecto de ley destinado a regular las exploraciones petroleras. Explicaciones. El secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia, Lounes Magramane, recibió el martes 24 de junio a la embajadora de Estados Unidos en Argel, Elizabeth Moore Aubin. Ambos funcionarios reafirmaron «su compromiso común para fortalecer las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Argelia, en el marco de esfuerzos continuos para ampliar la cooperación», según un comunicado de la diplomacia argelina. Por su parte, la Sra. Aubin destacó en la plataforma X que el encuentro se centró en «cuestiones regionales» y en las vías para «fortalecer la cooperación bilateral». La conversación también abordó el tema del Sáhara Occidental. La diplomática estadounidense comunicó al número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia la intención de la administración Trump de reactivar el proceso de resolución de esta cuestión basándose en la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007, según confió a Yabiladi una fuente marroquí cercana al asunto. «La fecha límite del próximo octubre en el Consejo de Seguridad, con la adopción de una nueva resolución para extender el mandato de la MINURSO por un año adicional, podría ofrecer a los estadounidenses la oportunidad de imponer su visión a Argelia», precisó la misma fuente. Argel apuesta por la energía para atraer a Washington La determinación de la administración Trump de resolver la cuestión del Sáhara Occidental se enfrenta, por el momento, a una resistencia argelina que apuesta por sus recursos energéticos para atraer a Estados Unidos. Así, el presidente Abdelmadjid Tebboune recibió, el mismo martes 24 de junio en Argel, a una delegación de la compañía petrolera estadounidense Chevron, encabezada por su vicepresidente de desarrollo comercial, Joe Cook. Este miércoles, el jefe de Estado también se reunió con representantes del gigante petrolero estadounidense ExxonMobil. En estas reuniones estuvieron presentes el ministro de Energía, Mohamed Arkab, y el director general de la empresa nacional de hidrocarburos (Sonatrach), Rachid Hachichi. Estas audiencias se producen mientras el gobierno argelino ha presentado al Parlamento un proyecto de ley que limita al 20% la participación de las empresas públicas en el capital de los yacimientos no explorados por el Estado, dejando el 80% a los inversores extranjeros. Los estadounidenses serían los primeros beneficiarios de esta futura ley, presentada por el ministro Arkab como «un avance cualitativo en las reformas estructurales del sector, consagrando el principio de soberanía sobre los recursos nacionales». Las reuniones entre el presidente Tebboune y los representantes de Chevron y ExxonMobil, así como el proyecto de ley en curso de examen, se inscriben en la continuidad de la oferta presentada hace casi cuatro meses por el embajador argelino en Washington al presidente Donald Trump. «Argelia está dispuesta a discutir» con Estados Unidos un acuerdo sobre sus ricas reservas de recursos naturales y minerales, había declarado Sabri Boukadoum en declaraciones a un medio estadounidense. «El cielo es el único límite» a la cooperación que Argelia desea establecer con la administración Trump, había precisado el diplomático argelino. El 14 de abril, en el Consejo de Seguridad, el enviado personal del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, había destacado que «los próximos tres meses serían la oportunidad para producir una desescalada regional y, separadamente, una hoja de ruta revitalizada hacia la resolución del conflicto del Sáhara Occidental». Este plazo está a punto de expirar, sin que se haya anunciado ninguna reanudación de las negociaciones.