Marruecos fue golpeado por una ola de calor de intensidad sin precedentes los días 27 y 28 de junio. Impulsada por un chergui especialmente seco y potente, esta ola elevó las temperaturas mucho más allá de lo habitual para la época, afectando tanto a las regiones del interior como a las ciudades costeras. En varias zonas, el mercurio alcanzó o superó los 45°C. En Sidi Slimane, el termómetro marcó un asombroso 47,1°C. En Benguerir, se estableció un nuevo récord de 46,1°C, superando el anterior de 45,3°C registrado dos años antes, el 27 de junio de 2023. Taroudant no se quedó atrás, alcanzando los 46,9°C. Larache vivió su día de junio más caluroso jamás registrado, con 43,8°C el 28 de junio, superando el récord anterior de 42,9°C del 17 de junio de 2017. Casablanca también registró un nuevo máximo mensual: 39,5°C, frente a los 38,6°C anotados el 25 de junio de 2011. Un hecho notable es que las ciudades costeras, generalmente protegidas por la influencia del océano, no se libraron. El aire abrasador del interior se impuso. En Essaouira, las temperaturas se acercaron peligrosamente al récord absoluto de 39,4°C registrado el 9 de junio de 1948, con una diferencia de más de 20°C respecto a las medias habituales. Más de una quincena de zonas superaron los 40°C, lo que evidencia la magnitud excepcional de este fenómeno.