La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revela que casi un tercio de las jóvenes en las zonas rurales de Marruecos no están escolarizadas, ni empleadas, ni en formación (NEET). En un país donde el sistema agrícola está en expansión, la mejora de las infraestructuras viales ha permitido, sin embargo, una mejor escolarización. ```html En Marruecos, aproximadamente el 33% de las jóvenes de entre 15 y 24 años no están escolarizadas, ni trabajan, ni reciben formación (NEET). Según el reciente informe mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre «la situación de los jóvenes en los sistemas agrícolas y alimentarios», este porcentaje se reduce al 26% entre las jóvenes urbanas del país. En el caso de los jóvenes varones que se encuentran en la misma situación, tanto en áreas urbanas como rurales, la cifra es del 12%, de acuerdo con este documento publicado el 3 de julio de 2025. Estos datos son alarmantes, especialmente considerando que los jóvenes representan casi el 16% de la población rural nacional. La FAO ha señalado un «declive» en la proporción de jóvenes en las áreas rurales, siguiendo una tendencia global donde los países pasan de una agricultura tradicional intensiva en mano de obra a sistemas agroalimentarios más diversificados e industrializados. Los sistemas agrícolas y alimentarios son «puntos de entrada clave en el mercado laboral para los jóvenes», según la FAO, que revela que «alrededor del 76% de los jóvenes hombres y el 66% de las jóvenes mujeres de 15 a 19 años están empleados en sistemas agrícolas y alimentarios en crisis prolongada, en comparación con el 66% de los jóvenes hombres y el 63% de las jóvenes mujeres de 20 a 24 años». Las infraestructuras viales, un elemento vital para el campo La FAO destaca que la mejora de las infraestructuras viales, especialmente las carreteras asfaltadas, es crucial para enfrentar los desafíos de movilidad y generar nuevas oportunidades económicas. En algunos países, estas infraestructuras contribuyen «significativamente a ayudar a los jóvenes, especialmente a las mujeres, a dejar la agricultura para acceder a un empleo asalariado». En otros, la proximidad de estas carreteras está «asociada con una menor probabilidad de desempleo entre los jóvenes rurales, con impactos más significativos para las jóvenes mujeres». En Marruecos, la mejora del acceso vial ha permitido «un aumento en la escolarización secundaria entre las jóvenes mujeres y una reducción en los matrimonios tempranos, probablemente debido a mejores opciones de transporte», según la FAO. Para los jóvenes varones en el país, «las mejoras viales han facilitado principalmente el acceso al empleo asalariado, con un impacto limitado en el nivel de instrucción». Marruecos: 1,5 millones de jóvenes de 15 a 24 años no están ni en formación ni en empleo (CESE) La migración, un proyecto que atrae a los jóvenes La FAO, refiriéndose a cifras de 2023 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sobre los trayectos de migrantes de 14 a 24 años hacia Europa, destaca que estos viajes reflejan «las aspiraciones de los jóvenes a un futuro mejor y su necesidad de escapar de crisis o violencia en su país de origen». Los datos de la OIM muestran que los jóvenes migrantes provienen de diversos países, siendo los más comunes Afganistán (15%), Marruecos (12%), Pakistán (9%), Bangladesh (7%) y Guinea (6%). Cerca del 90% de los jóvenes migrantes encuestados son chicos y jóvenes hombres, aunque hay una proporción más alta de mujeres provenientes de ciertos países. Las dificultades económicas, los conflictos y las violencias personales son los principales motores de estas migraciones. Entre los encuestados, más de un tercio (37%) está desempleado y busca activamente empleo antes de partir, mientras que el 37% tiene un trabajo y solo el 15% son estudiantes. Los niveles de educación varían considerablemente, con un 51% sin estudios o con solo educación primaria, un 45% con secundaria y solo un 4% con estudios superiores. En promedio, las jóvenes migrantes tienen niveles de educación ligeramente más altos que los jóvenes hombres. La degradación ambiental, especialmente el agravamiento de las sequías, la erosión del suelo y el aumento de temperaturas, ha sido citada, en particular en el norte de África, como motivo de partida. El 40% de los jóvenes argelinos y el 19% de los jóvenes marroquíes mencionan la lentitud de las mejoras en su entorno vital como un factor clave para migrar. Las oportunidades socioeconómicas, la seguridad y las redes familiares siguen siendo factores determinantes en la elección del destino. Desarrollar mejor el mundo rural para abrir puertas a los jóvenes La FAO subraya que «proyectos de infraestructuras específicos para los sistemas agroalimentarios, como los sistemas de riego y las instalaciones de procesamiento de alimentos, pueden fortalecer la productividad agrícola, estimular el valor agregado y ampliar las oportunidades de empleo a lo largo de las cadenas de valor» en el mundo rural, con el objetivo de capitalizar el potencial de los jóvenes. Marruecos: La integración de las mujeres rurales podría aumentar el PIB en un 2,2% En cuanto a los sistemas agrícolas y alimentarios industriales a nivel global, la FAO indica que «el 25% de los jóvenes hombres y el 92% de las jóvenes mujeres activas, de 15 a 29 años, están empleados en los sistemas agrícolas y alimentarios, en comparación con el 13% de los jóvenes hombres y el 11% de las jóvenes mujeres activas de 20 a 24 años». La FAO recomienda «inversiones complementarias para flexibilizar las leyes de propiedad intelectual y fortalecer las capacidades de los sistemas de investigación nacionales» para «apoyar la adopción, contextualización y despliegue a gran escala de estas innovaciones». También sugiere «sistemas de extensión robustos» para fomentar el intercambio de buenas prácticas «entre las instituciones de investigación y los actores de los sistemas agroalimentarios, promoviendo fórmulas adaptadas a las condiciones reales y a las limitaciones de recursos». Finalmente, la FAO destaca que las inversiones en infraestructuras físicas y digitales son esenciales para un crecimiento generalizado y una mayor productividad en los sistemas agroalimentarios, además de mejorar la cobertura y la calidad de las infraestructuras rurales. ```