Ante el fracaso de los intentos de Bruselas de convencer a las más altas autoridades de levantar las sanciones impuestas contra empresas europeas, principalmente españolas y francesas, la Unión Europea ha iniciado un procedimiento arbitral contra Argelia. Atónito, Argel expresó este jueves su «sorpresa» por la decisión de los Veintisiete. Las relaciones entre Argelia y la Unión Europea se encuentran en un nuevo episodio de tensión. Ante las violaciones de los términos del acuerdo de asociación por parte de Argel, los Veintisiete han decidido «iniciar un procedimiento de resolución de disputas contra Argelia y han solicitado consultas con las autoridades argelinas para abordar diversas restricciones impuestas a las exportaciones e inversiones de la UE», anunció Bruselas en un comunicado. Según la UE, las medidas comerciales restrictivas implementadas por Argelia desde 2021 contravienen los compromisos de liberalización del comercio previstos en el acuerdo de asociación UE-Argelia, firmado el 22 de abril de 2002 y en vigor desde el 1 de septiembre de 2005. La iniciativa de la UE busca «establecer un diálogo constructivo con Argelia para eliminar las restricciones en varios sectores del mercado, que van desde productos agrícolas hasta vehículos automotores. Estas restricciones incluyen un sistema de licencias de importación que equivale a una prohibición, subvenciones condicionadas al uso de insumos locales para los fabricantes de automóviles y un límite a la participación extranjera para las empresas que importan mercancías en Argelia», precisa el comunicado. Argelia expresa su «sorpresa» Este jueves, Argelia manifestó su perplejidad ante el procedimiento arbitral iniciado por la UE. El ministro de Asuntos Exteriores envió una carta a la señora Kaja Kallas, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidenta de la Comisión Europea. En su misiva, Ahmed Attaf expresó la «sorpresa» de Argelia ante «una decisión apresurada y unilateral de cerrar la fase de consultas e iniciar un procedimiento arbitral», cuando solo se habían realizado dos reuniones en el transcurso de dos meses, y seis de las ocho disputas planteadas por la UE estaban en proceso de resolución. El ministro también subrayó que «nada en la evolución de las consultas constructivas y serenas justificaba una interrupción tan abrupta del diálogo», especialmente dado que Argelia había propuesto soluciones concretas para los otros dos puntos de desacuerdo, sin obtener respuesta formal por parte de sus interlocutores europeos. Recordemos que el gobierno argelino había impuesto sanciones contra empresas españolas en respuesta al apoyo de Pedro Sánchez al plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. La UE había intentado convencer a las autoridades argelinas de levantar estas restricciones. Una situación financiera deteriorada Los esfuerzos realizados en este sentido en septiembre de 2022 y marzo de 2023 por el ex presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el ex alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, lo demuestran. Empresas francesas también han sufrido perjuicios similares, especialmente después del reconocimiento por parte del presidente Emmanuel Macron de la marroquinidad del Sáhara. Además del tema del Sáhara, Argelia debe enfrentar una disminución de sus reservas de divisas. Desde su llegada al poder en diciembre de 2019, el presidente Abdelmadjid Tebboune aboga por reducir las importaciones, con el riesgo de provocar escasez de productos de primera necesidad. El último informe del Banco de Argelia, publicado a principios de julio, reveló una caída significativa de las reservas de divisas, pasando de 51.4 mil millones de dólares en diciembre de 2024 a 39 mil millones de dólares a finales de junio de 2025, una caída de más del 20% en solo seis meses. Recientemente, la UE incluyó a Argelia en la lista negra de países que presentan un alto riesgo de lavado de dinero y financiación del terrorismo. Las relaciones entre Bruselas y Argel están en su punto más bajo.