La animación marroquí ha dado su primer paso en la escena internacional, debutando en la prestigiosa Bienal de Venecia. Gracias a la iniciativa del Centro Cinematográfico Marroquí (CCM) y con el respaldo del Festival de Annecy y CITIA, se organizó un panel en el Venice Production Bridge para resaltar la dinámica creciente del sector en Marruecos. Bajo el título «When Moroccan Animation Shapes Global Imaginary, Cultural Treasure to Share», este primer panel internacional dedicado exclusivamente a la animación marroquí reunió a expertos de todo el mundo para destacar el talento emergente y las ambiciones creativas del país. Ali Rguigue, director de Artcoustic, enfatizó que la animación es «un puente entre las culturas» y afirmó que Marruecos ha «alcanzado un hito histórico» en este ámbito. El CCM, como institución clave, desempeña un papel central en esta evolución, especialmente a través de su asociación estratégica con el Festival de Annecy y CITIA. En este contexto, el panel sirvió como «una vitrina para diversas producciones destacadas que encarnan la vitalidad y diversidad de la animación marroquí», como «Tourat Al Maghrib» y «Les Marocains du ciel» de los estudios Artcoustic. FICAM 2022: La producción marroquí de animación se lanza «poco a poco pero con seguridad» Entre otras destacadas producciones se encuentra el cortometraje «Harun & Mamun» de Jihane Joypaul, conocido por su enfoque artesanal y poético del stop-motion, así como «L'Ombre des papillons» de Sofia El Khiyari, que «despliega un universo sensible y onírico ya reconocido en la escena internacional». «Estas obras, en conjunto, reflejan la riqueza de un imaginario que se nutre de las raíces culturales marroquíes, al tiempo que afirman un alcance universal capaz de atraer a un público global», señala un comunicado. Según la misma fuente, esta participación «confirma la integración de Marruecos en el ecosistema internacional del cine de animación». Además, refleja la voluntad nacional de valorar la creatividad cultural del país y de «contribuir a las grandes narrativas visuales globales». La participación de Marruecos en la Bienal también abre nuevas perspectivas de colaboración, demostrando «la vitalidad de un sector que aspira a convertirse en un motor cultural y económico», se destaca.