Punto de encuentro histórico e intercultural entre España y Marruecos, la ciudad de Tetuán nunca ha sido retratada con tanto brillo y rigor científico como lo ha hecho el historiador del arte y urbanista Mostafa Akalay Nasser. Profesor titular en la Universidad Euromediterránea de Fez, el investigador acaba de publicar «La ciudad nueva de Tetuán (1860–1956)» en francés con la editorial Sochepress, con el apoyo del CCME y de la UPF. La obra «La ciudad nueva de Tetuán (1860-1956)» (ed. Sochepress) se presenta como un auténtico tesoro de información histórica y académica, ofreciendo una visión profunda del legado hispano-marroquí de esta ciudad del norte. Su autor, Mostafa Nasser Akalay, ha publicado ahora esta obra en francés, con el respaldo del Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero (CCME) y la Universidad Euro-Mediterránea de Fez (UPF), permitiendo al público no hispanohablante acceder a datos inéditos sobre la urbanización de la antigua fortaleza corsaria de Sayyida al-Horra (1493-1562). Mostafa Nasser Akalay, doctor en historia del arte por la Universidad de Granada y urbanista formado en la Universidad de París VIII y París IV La Sorbona-CNAM, así como en la Escuela de Puentes y Caminos de París, ha dedicado 45 años de investigación a la arquitectura de Tetuán. Su obra, presentada durante la trigésima edición del Salón Internacional de la Edición y del Libro (SIEL 2025), ofrece un análisis exhaustivo del paisaje urbano de Tetuán, explorando cómo los momentos históricos han influido en su evolución arquitectónica y urbanística desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. En su libro, Akalay ofrece una perspectiva científica que combina la antropología del espacio, el desarrollo urbanístico y la expansión de la ciudad en toda su complejidad. Su análisis revela que la arquitectura de Tetuán no ha sufrido una ruptura entre el saber hacer tradicional y la influencia colonial. En esta ciudad, la influencia colonial se inspira a su vez en Al-Ándalus y el arte musulmán medieval de Granada, una extensión del imperio califal hasta finales del siglo XV. Ph. CCME Historia: Sayyida al-Horra, la corsaria de Tetuán que enfrentó al ejército ibérico Un legado arquitectónico que regresa a su cuna Fundada por Abu Hassan Ali Al-Mandari, quien se inspiró en la región de Granada tras dejarla con amargura después de la Reconquista (1492), Tetuán es analizada desde la perspectiva del urbanismo moderno español e hispano-marroquí, especialmente después de la toma de la ciudad en 1860. «Me interesó el período de la posguerra de África, caracterizado por un urbanismo militar que intentó borrar la huella musulmana de la medina, abriendo arterias para el transporte militar y asignando nombres españoles a las calles», explica el autor a Yabiladi. Dos años después, en 1862, «los tetuaníes reconstruyeron la medina de manera idéntica, y fue entre 1912 y 1913 cuando se fundó la ciudad nueva (El ensanche)». Este desarrollo urbano representa «una solución típicamente española que consiste en yuxtaponer una ciudad de plano geométrico con la medina, sin romper con los modelos urbanos islámico y europeo», señala el investigador, en contraste con el urbanismo segregacionista francés en Rabat o Casablanca. «Hablo de la interculturalidad y del urbanismo protector, un término acuñado por François Béguin en su libro Arabisances. Inicialmente, los españoles se vieron obligados a seguir las rutas de los campamentos militares, hasta la intervención crítica del arquitecto y consejero Leopoldo Torres Balbás, quien abogó por un estilo arabizante. A partir de entonces, se construyeron hermosos edificios neo-arabizantes en Tetuán, en el área de Plaza Primo.» Mostafa Akalay Nasser Ph. CCME Al derribar parte de la muralla, los arquitectos conectaron la medina con el resto de la ciudad, hacia la gran plaza de armas (plaza de España). En 1860, tras un enfrentamiento colonial, comenzó una segunda fase marcada por la interculturalidad, como detalla Akalay en su obra. «A partir de los años 1920, los españoles imitaron la arquitectura nazarí y neo-morisca andaluza. El art déco se popularizó hacia 1925, y el estilo moderno tuvo gran éxito durante los años 1950 y 1960, además de una arquitectura aerodinámica, un sincretismo ecléctico y neo-arabizante», destaca ante nuestra redacción. Reapropiarse de su historia a través de la arquitectura y la urbanización Apasionado por el estudio del espacio y sus habitantes, Akalay nos confiesa que ha estado «habitado» por esta arquitectura «exportada, no colonial, la del mestizaje» durante más de 45 años. Al plasmar su arduo trabajo en papel y publicarlo en francés, espera que «los conciudadanos marroquíes, y especialmente los tetuaníes, asuman que esta arquitectura no les fue impuesta, dado el pasado musulmán andalusí y lo que inspiró a las ciudades, comenzando por la Alhambra de Granada, que también influyó a los franceses para dar lugar al estilo neo-mudéjar en Tetuán». «Con la presencia española en la ciudad y la crisis de vivienda, algunos recién llegados que invirtieron en la medina no se sintieron extranjeros en este espacio, que remite a la España medieval», nos comenta el urbanista. Alejándose de una visión nostálgica, Akalay ha extraído su documentación de archivos, bibliotecas nacionales y universitarias, así como de documentos conservados por colegios de abogados en España desde los años 1980. Le Equitativa de Tetuán / Ph. Netsrotj Por esta razón, «la historiografía francófona marroquí ha permanecido cerrada en la arquitectura francesa y la zona del Protectorado, con una repetición constante», nos explica el autor. Así, «el norte de Marruecos sigue siendo a menudo desconocido para el marroquí arabófono y francófono», de ahí su ambición de abrir una brecha con este trabajo sobre archivos centrados en la colonización. Ahora que su obra está disponible para un público más amplio, Akalay espera ver surgir «un centro de interpretación del patrimonio de El ensanche, para que los tetuaníes se reapropien de esta arquitectura que es parte integral de su historia, y para contribuir activamente a preservar esta joya arquitectónica frente al desgaste del tiempo y la especulación inmobiliaria». Según el investigador, esta estructura, inscrita tanto en la investigación como en la conservación y la Historia como disciplina dinámica, «puede ser una fuente rica para formar guías y especialistas del patrimonio». La finalidad es principalmente «que los habitantes aprendan más sobre su historia y la compartan, reconozcan el valor de sus edificios y los aprecien». Entre ellos, Akalay destaca «La Equitativa» de Tetuán, «distinguida por su estilo orientalista arabizante, una verdadera obra maestra conocida por los amantes de la arquitectura de Casto Fernández Shaw».