En 1960, el príncipe heredero Moulay Hassan pronunció un poderoso discurso en las Naciones Unidas, llamando a la admisión de la República Popular China. En su alegato, el rey de Marruecos entre 1961 y 1999 destacó la equidad y la paz mundial. En 1960, cuando aún era príncipe heredero, Hassan II, quien más tarde se convertiría en rey de Marruecos, defendió la entrada de la República Popular China en las Naciones Unidas. Este momento histórico ha sido recientemente rescatado por los medios chinos, que han compartido imágenes inéditas de este discurso en el que se abogaba por el reconocimiento legítimo de China en la ONU. En aquella época, el joven príncipe representó a Marruecos durante la 886ª sesión plenaria de las Naciones Unidas, celebrada el 4 de octubre en el marco de la 15ª Asamblea General en Nueva York. Los archivos oficiales de la ONU documentan que la sesión incluyó discursos del representante permanente de España, del Primer Ministro de Nueva Zelanda, del Ministro de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y del príncipe heredero marroquí, Moulay Hassan. Hablando en francés, el príncipe heredero inició su intervención destacando el honor de representar a Marruecos y al rey Mohammed V como jefe de la delegación marroquí. «Mi país hará todo lo posible por adoptar un enfoque maduro, consciente, simpático y comprensivo de los problemas que se nos presentan —problemas cruciales para la paz mundial y para la vida de las generaciones futuras», afirmó. En su discurso, Moulay Hassan expresó su preocupación por el frágil equilibrio de poderes y el vertiginoso ritmo de los cambios globales, instando a la Asamblea a ir más allá de las interminables discusiones y a tomar decisiones pragmáticas. Su mensaje también puso de relieve los desafíos que enfrentan los países recién independizados y subdesarrollados, atrapados en las tensiones de la Guerra Fría. En este sentido, llamó a la comunidad internacional a demostrar adaptabilidad y determinación. El llamado de Marruecos para la admisión de la República Popular China Un punto central de su discurso fue la situación de la República Popular China. «Mientras despliega todos sus esfuerzos sinceros y loables para lograr una solución justa al problema congoleño, ¿no puede la ONU volverse hacia sí misma... y revisar su posición respecto a la República Popular China?», cuestionó. «¿Es realmente justo que 600 millones de individuos, un tercio de la población mundial, no estén representados entre nosotros?» En este audaz y visionario llamado, el príncipe instó a la ONU a «ser realista, a enfrentar el problema de frente y a admitir a la República Popular China entre nosotros», argumentando que su contribución a la ONU sería mucho más constructiva que su exclusión. La postura de Marruecos resultó ser pionera. En 1971, la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 2758, reconociendo oficialmente a la RPC como «los únicos representantes legítimos de China en las Naciones Unidas», en reemplazo de la República de China (ROC). Marruecos fue uno de los 26 Estados africanos que votaron a favor de esta decisión histórica, respondiendo así al llamado realizado por el príncipe heredero Moulay Hassan, más de una década antes.