Desde el pueblo de Ait Yahya Ouala en las montañas del Atlas hasta las mesas de los reyes y emires del Golfo, el recorrido de Khalid Housti en el arte culinario es notable. La emigración no era su objetivo, sino más bien una coincidencia que se transformó en una oportunidad de excelencia y una representación digna de Marruecos. Desde la apacible ciudad de Azrou, situada en las montañas, hasta las cocinas más prestigiosas de los palacios reales del Golfo, Khalid Housti ha forjado una carrera culinaria excepcional, caracterizada por la disciplina y un compromiso inquebrantable de representar a su país más allá de sus fronteras. Nacido en 1980 en el pueblo de Ait Yahya Ouala, en Azrou, Housti se formó en artes culinarias en el Instituto Superior de Tecnología Hotelera y Turística de Saïdia. Emigrar a los países del Golfo no era parte de sus sueños. Como muchos jóvenes de su generación, pensaba más en cruzar el Mediterráneo hacia destinos preferidos por los marroquíes, como Francia o España. Sin embargo, su aventura en los Emiratos Árabes Unidos comenzó por casualidad, tras descubrir un anuncio de reclutamiento en un periódico marroquí en 2005. Los inicios no fueron fáciles, especialmente debido a la barrera del idioma inglés, ya que dominaba el español. Sin embargo, decidió afrontar el desafío. En conversación con Yabiladi, confiesa: «El comienzo fue complicado por las diferencias culturales, pero me integré rápidamente, sobre todo porque llegamos en un grupo de 150 marroquíes.» Asegura que «desde el primer día sintió la responsabilidad de representar [su] país de la mejor manera posible, asegurándose de proyectar una imagen positiva de Marruecos y de los marroquíes.» De hoteles de lujo a palacios reales Housti subraya la importancia de la Asociación Marroquí en los Emiratos Árabes Unidos para la integración de los marroquíes: «La considero como un hogar. Aquellos que enfrentan dificultades pueden encontrar apoyo y consejos entre sus miembros.» Comenzó su carrera en un restaurante marroquí en Dubái, donde mostró la riqueza de la cocina y la cultura marroquíes, antes de unirse a hoteles de lujo que le abrieron puertas insospechadas. «A finales de 2009, me uní a Baréin como chef privado del rey Hamad bin Isa. Este puesto no solo era un trabajo, sino una puerta abierta al mundo. Tuve el honor de cocinar para personalidades como el ex presidente estadounidense Bill Clinton, el rey de España Juan Carlos, el rey saudí Abdullah bin Abdul Aziz Al Saud, y el presidente palestino Mahmoud Abbas, durante eventos oficiales y privados, y viajé a muchos países con la comitiva real.» Khalid Housti Tras dos años enriquecedores en Baréin, Khalid regresó a los Emiratos Árabes Unidos para continuar su trayectoria en los palacios principescos, ondeando con orgullo la bandera de Marruecos. «De lo que estoy más orgulloso es de haber ganado dos medallas de oro en dos de los concursos culinarios más prestigiosos del mundo: 'Gulf Food' y el 'Dubai World Hospitality Championship'», destaca con orgullo. A pesar de la distancia, Housti sigue profundamente conectado con su ciudad natal, Azrou, y con Marruecos. El exilio nunca ha sido una excusa para él para desvincularse de los asuntos nacionales; continúa siguiendo de cerca la actualidad política, cultural y social, como si viviera allí diariamente. «El cuerpo está en Oriente, pero el corazón está en Marruecos», expresa su deseo inalterable de regresar algún día a sus raíces, que permanecen profundamente arraigadas en él. En 2015, fue nombrado "Personalidad del Año" de la región de Ifrane, en reconocimiento a su carrera y su compromiso de representar dignamente a la comunidad marroquí. Hoy, continúa su trayectoria profesional con la misma pasión y ambición, convencido de que su regreso a Marruecos no será para una merecida jubilación, sino para transmitir su conocimiento y experiencia a una nueva generación de jóvenes chefs.