A finales de abril, un grupo de estudiantes de la licenciatura en Historia del campus de Aix-en-Provence, en Francia, desató la indignación al publicar mensajes racistas en el grupo oficial de WhatsApp de su promoción. La universidad, al ser informada, inició procedimientos disciplinarios contra una decena de ellos, según reveló una investigación de Mediapart. Los mensajes, cargados de referencias a Hitler y Jean-Marie Le Pen, junto con gifs de gorilas y emojis de connotación racial, provocaron una ola de conmoción en el entorno universitario. «Eramos cinco tratando de defendernos», relata Marie al medio francés. Fatima, por su parte, señala que «desde el primer año de licenciatura, [ella está] rodeada de racistas». Rachida confirma que «estas actitudes se permitieron durante tres años». La noche del 28 de abril, tras la difusión de un texto que criticaba cursos «poco relevantes», las reacciones se salieron de control. Un estudiante se burló abiertamente: «Hay que perdonarlos, pobres», seguido de un emoji de cara negra y una cruz cristiana. Otro sugirió celebrar «el cumple del tío», refiriéndose a Hitler. Un alumno continuó enviando un video de un hombre negro bailando frente al cuerpo de una mujer blanca, acompañado del comentario: «Lo tenía en la galería, era la ocasión perfecta». Mohamed Ouerfelli, vicedecano y director adjunto encargado de la vida estudiantil, recordó en un mensaje colectivo que «las declaraciones de carácter racista, antisemita y sexista están sujetas a la ley, incluso en las redes sociales». Declaró a Mediapart haber «insistido en que este tipo de comentarios no tienen cabida en una facultad». No obstante, algunas estudiantes lamentan que las sanciones sean incompletas. El estudiante que envió la foto del gorila «no se ha disculpado con nosotras, las principales afectadas», deplora Fatima. Varios estudiantes señalan un ambiente que se ha instaurado desde el inicio de su formación. «En el primer año de licenciatura, veíamos estudiantes con fondos de pantalla de Marine Le Pen o Eric Zemmour», recuerda Naïma. «Con el auge de la extrema derecha, los comportamientos racistas son mucho más aceptados que antes», añade, testimoniando un clima político enrarecido. En este contexto, los responsables «se sintieron legitimados», completa Camille. Un profesor informa haber recibido «mensajes que muestran el desasosiego e impotencia de algunas estudiantes racializadas». Otro describe una promoción afectada por «tensiones» y «risitas» en clase, especialmente en torno a «cuestiones de masculinidad, virilidad…». Pocos días después, otro incidente sacudió la universidad. El pasado 7 de mayo, un estudiante de máster publicó en su cuenta de Instagram un video en el que llamaba a la muerte de una profesora, afirmando que ella «no quiere a los árabes». La fiscalía, alertada por el establecimiento, abrió una investigación por «amenazas de muerte», «insultos públicos por razón del sexo de la víctima», «apología del terrorismo» y «provocación a la comisión de un acto terrorista».