La propuesta de representantes Republicanos y Demócratas para incluir al Frente Polisario en la lista estadounidense de organizaciones terroristas extranjeras está alterando las líneas diplomáticas en torno al tema del Sahara. Aunque por sí sola no es suficiente para desencadenar la designación, crea una presión sin precedentes sobre el Departamento de Estado. ¿Qué efectos concretos podría tener una medida de este tipo sobre el movimiento saharaui, sus apoyos internacionales —empezando por Argelia— y el tratamiento del conflicto en las instancias multilaterales? Análisis de un posible punto de inflexión, entre derecho, estrategia y diplomacia. La propuesta de ley bipartidista impulsada por los representantes Joe Wilson (Republicano) y Jimmy Panetta (Demócrata) busca designar al Frente Polisario como una «organización terrorista extranjera» (FTO). No obstante, de aprobarse, la medida no se aplicaría automáticamente: según la legislación estadounidense, la decisión final recae en el secretario de Estado, quien debe consultar con el Departamento del Tesoro y el Departamento de Justicia (8 U.S.C. § 1189). Para persuadir al Congreso y, en última instancia, a figuras clave como Marco Rubio, Joe Wilson destaca los vínculos del Polisario con Hezbolá e Irán. Además, podría señalar las amenazas de ataques terroristas contra intereses extranjeros en el Sáhara Occidental por parte de líderes del movimiento separatista. Si el «Polisario Front Terrorist Designation Act» avanza y el Departamento de Estado clasifica al Polisario como «FTO», las implicaciones concretas se pueden resumir en cuatro puntos clave: 1. Consecuencias de la etiqueta FTO en Estados Unidos * Congelación de activos: el Departamento del Tesoro podría bloquear los fondos del Polisario bajo jurisdicción estadounidense. No obstante, para un bloqueo global se requeriría una designación adicional como «Terrorista Global Especialmente Designado» (SDGT) por la OFAC. En la práctica, muchos bancos internacionales dejarían de procesar pagos en dólares por precaución. * Procesamientos por «apoyo material»: cualquier persona en Estados Unidos podría enfrentar hasta veinte años de prisión (18 U.S.C. § 2339B) por brindar ayuda material. Sin embargo, se podrían otorgar licencias humanitarias, como se ha hecho con los hutíes, para asegurar el suministro de ayuda vital a los civiles. * Visas y fronteras: miembros y simpatizantes del Polisario serían considerados legalmente inadmisibles según el INA § 212. Aunque las excepciones diplomáticas seguirían siendo posibles para la ONU, el acceso a Estados Unidos sería la excepción en lugar de la norma. 2. Polisario: credibilidad y finanzas bajo escrutinio * Pérdida del estatus de «movimiento de liberación»: la etiqueta FTO colocaría al Polisario en la misma categoría legal que grupos como Hezbolá o el PKK, debilitando su narrativa de lucha por la liberación. * Dificultades para recaudar fondos internacionalmente: las plataformas de pago estadounidenses cortarían lazos, y los bancos europeos aplicarían estrictas medidas de precaución. Los circuitos fuera del dólar (como criptomonedas o bancos asiáticos) podrían continuar operando mientras no se impongan sanciones secundarias. * ONG en alerta: las agencias humanitarias necesitarían licencias de la OFAC para operar en los campamentos de Tinduf. Cualquier actividad de defensa o capacitación con el Polisario se volvería legalmente riesgosa. 3. Argelia en una posición comprometida * No habría un cambio automático hacia el estatus de «Estado Patrocinador del Terrorismo»; esta designación requiere evidencia de apoyo continuo a actos contra intereses estadounidenses. * La ley CAATSA podría, bajo ciertas condiciones, servir como herramienta de presión si Argelia realizara nuevas compras de armas rusas consideradas «significativas». La decisión sería altamente política, no automática. * El principal impacto sería narrativo: apoyar a un grupo etiquetado como terrorista debilitaría la postura defensiva de Argelia. Especialmente cuando varios países del Sahel acusan a Argelia de apoyar movimientos terroristas en la región. * Para reducir la presión, Argelia podría optar por impulsar el desarme de las milicias del Polisario. 4. Repercusiones internacionales: de la «descolonización» a la «seguridad» * En el Consejo de Seguridad: Washington podría proponer añadir un componente antiterrorista al mandato de la MINURSO durante su próxima renovación. Este cambio requeriría una nueva resolución y debería evitar un veto de Rusia o China. * En la Unión Africana: algunos Estados, preocupados por su imagen, podrían distanciarse de la «RASD». Una suspensión formal podría ser posible si 36 Estados miembros apoyan una modificación del texto fundador de la UA. * En las relaciones bilaterales: varios países indecisos tendrían un argumento adicional para apoyar abiertamente el plan de autonomía marroquí. En resumen, si Washington finalmente asignara las tres letras fatídicas (FTO) al Frente Polisario, actuaría como un revelador químico: haría visibles —y costosas— las alianzas en torno a una causa que Argelia o Pretoria han podido respaldar hasta ahora a bajo costo.