A pocas semanas de que el Consejo de Seguridad de la ONU examine la cuestión del Sahara, China ha enviado un mensaje tranquilizador a Marruecos. Una postura que sigue en línea directa con las declaraciones del presidente chino durante su reunión del 21 de noviembre de 2024 en Casablanca con el príncipe Moulay El Hassan. El ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, se reunió este viernes 19 de septiembre en Pekín con su homólogo chino, Wang Yi. Durante el encuentro, se destacó el papel estratégico de Marruecos como una plataforma regional clave y un puente natural para la cooperación entre China y África, así como entre China y el mundo árabe. Esta posición se ve fortalecida por la situación geoestratégica del reino, su estabilidad política, sus infraestructuras de alta calidad y sus diversas asociaciones, según indicó la diplomacia marroquí. Ambos ministros resaltaron la importancia de China como un actor clave en la cooperación internacional y un socio fundamental en África y el mundo árabe. Elogiaron la excelencia de las relaciones bilaterales y acordaron explorar nuevas oportunidades de cooperación en sectores estratégicos de alto valor añadido, como infraestructuras, industria, energía, innovación, tecnología digital, energías renovables, turismo y educación superior, añadió la misma fuente. Bourita y Yi reafirmaron su voluntad común de impulsar las inversiones chinas en Marruecos, fortalecer las asociaciones industriales conjuntas y fomentar el co-desarrollo a nivel continental, especialmente a través de una cooperación tripartita en beneficio de África, precisó la diplomacia marroquí. Marruecos se consolida como un centro atractivo para las inversiones chinas. En junio pasado, el fabricante chino de productos químicos, Tinci Materials Technology, firmó un acuerdo de inversión con el gobierno marroquí por 280 millones de dólares (aproximadamente 3 mil millones de dirhams) para un proyecto de producción de electrolitos en Marruecos. Meses antes, el grupo chino Gotion High Tech había anunciado la construcción de una gigafactoría en Kenitra, dedicada a la producción de baterías eléctricas, con una inversión inicial de 14 mil millones de dirhams y la creación de 17,000 empleos. Sáhara: el mensaje tranquilizador de China Aunque la cuestión del Sáhara no fue abordada oficialmente en el comunicado de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita y Wang Yi discutieron sobre «cuestiones regionales e internacionales de interés común». Notaron una convergencia de opiniones, principios y valores, especialmente en lo que respecta al respeto de la soberanía nacional, la integridad territorial de los Estados, así como la lucha contra el separatismo y el extremismo. Este diálogo debería tranquilizar a Marruecos ante la inminente fecha límite de octubre en el Consejo de Seguridad. Como miembro permanente del Consejo, China juega un papel crucial en la preparación de la próxima resolución, que el reino espera marque un cambio respecto a los textos anteriores de los Quince. Aunque Marruecos cuenta casi con el apoyo asegurado de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, se esfuerza por garantizar que Pekín y Moscú adopten posiciones moderadas sobre este tema y no ejerzan su veto. En espera de las próximas semanas, Rabat reafirmó este viernes su compromiso con la «primacía del multilateralismo», un tema central para la política exterior de Pekín en su relación con Washington. Bourita y Yi también subrayaron la importancia de las Naciones Unidas y los principios de su Carta, incluyendo la resolución pacífica de disputas y la no injerencia en los asuntos internos de otros países. Como recordatorio, el presidente chino declaró el 21 de noviembre de 2024 en Casablanca, durante su encuentro con el príncipe heredero Moulay El Hassan, que China está dispuesta a seguir trabajando con Marruecos para apoyarse mutuamente en las cuestiones que afectan a sus intereses fundamentales respectivos y para promover un mayor desarrollo de la asociación estratégica sino-marroquí. Marruecos apoya la integridad territorial de China. Por su parte, Pekín siempre ha excluido al Polisario de sus reuniones con la Unión Africana y vota a favor de las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara, con la excepción de la abstención de 2018.