Recientemente, Marruecos ha sido escenario de una ola de marchas y sentadas que exigen mejores condiciones en los sectores de la salud y la educación, con acciones que se extienden desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades y que se amplifican en línea. El experto en redes sociales Marouane Harmach explica cómo estos movimientos, incluidos los llamados realizados por jóvenes que utilizan herramientas de IA, están redefiniendo las tácticas de protesta. En las últimas semanas, Marruecos ha sido escenario de una serie de marchas pacíficas y sentadas que exigen mejores condiciones en los sectores de la salud y la educación. Estas manifestaciones, que se extienden desde los pueblos de Azilal hasta los hospitales de Essaouira, Agadir y Taounate, están respaldadas por una nueva ola de llamamientos juveniles, difundidos a través de carteles generados por inteligencia artificial, campañas en línea y un sitio web dedicado. En esta entrevista, Marouane Harmach, experto en medios sociales y consultor, director asociado en Consultor, una empresa especializada en estrategias digitales e IA, analiza las dinámicas digitales que impulsan estas movilizaciones y las nuevas herramientas que las están moldeando. ¿Cómo interpreta estas manifestaciones? ¿Las publicaciones y comparticiones en línea crean un efecto de contagio? Las recientes manifestaciones en Marruecos reflejan una nueva dinámica de movilización digital que está redefiniendo la protesta social. Desde Aït Bouguemez hasta Taounate y Agadir, observamos un efecto dominó amplificado por las redes sociales. Las publicaciones y comparticiones generan un fenómeno de inspiración mutua. Las manifestaciones en Taounate, por ejemplo, han tenido una amplia cobertura gracias a hashtags virales, incitando a otras regiones a organizar sus propias acciones. Esto recuerda al movimiento de boicot de 2018, que utilizó hashtags como #mou9ati3oun y #مقاطعون para movilizar, demostrando la eficacia de las plataformas digitales para construir una conciencia colectiva. El caso de Aït Bouguemez es un claro ejemplo: la marcha hacia Azilal fue ampliamente compartida en redes sociales, inspirando a otras regiones a expresar sus demandas. La viralidad en línea transforma ahora los problemas locales en asuntos nacionales. Esta dinámica se ve reforzada por la débil estrategia de comunicación del gobierno, que lucha por «vender» sus logros y proyectos sociales y por conectar con las diferentes partes de la población, especialmente con las jóvenes generaciones: Y, Z y Alpha. Pero Marruecos no es único en esto. Dinámicas similares pueden observarse en el extranjero, por ejemplo en Nepal, donde los jóvenes han utilizado las nuevas tecnologías para movilizarse en torno a agravios sociales y políticos. ¿Cómo se traducen estos llamamientos digitales en acciones sobre el terreno? ¿Es la primera vez que vemos esto? El paso del ámbito digital al terreno sigue un patrón establecido en Marruecos, que se remonta al movimiento del 20 de febrero de 2011. Los llamamientos en línea crean primero una conciencia colectiva, luego pasan a la organización logística a través de páginas de Facebook, grupos de Telegram, sitios web, y ahora la IA, una novedad en 2025. No es la primera vez. El movimiento del 20 de febrero ya mostró esta capacidad de movilización digital, seguido por el Hirak del Rif (2016-2017) y el boicot de 2018. Cada ola ha afinado las técnicas digitales, creando un repertorio de acciones del cual los movimientos actuales se inspiran. Lo que distingue las protestas actuales es su naturaleza descentralizada pero al mismo tiempo coordinada. Las redes sociales les permiten mantener un objetivo unificado sobre la salud y la educación mientras se adaptan a las realidades locales de cada región. Mientras Marruecos invierte en instalaciones deportivas y se prepara para acoger eventos importantes, ¿ve un vínculo con el énfasis en la salud y la educación? Esta tensión es llamativa y constituye un punto de fricción social. Marruecos invierte masivamente en infraestructuras deportivas y de transporte, pero carece de visibilidad en otros proyectos que afectan a los marroquíes en su vida cotidiana, como la salud y la educación. Según los iniciadores de los movimientos actuales, esta priorización contrasta con las demandas populares. Algunos ciudadanos perciben una desconexión entre estas inversiones deportivas y la realidad diaria de los servicios públicos. Este contraste alimenta un sentimiento de «injusticia territorial y sectorial» que nutre los movimientos de protesta. Los ciudadanos cuestionan la lógica de invertir en infraestructuras de prestigio internacional cuando las necesidades básicas no están satisfechas. Se observan llamamientos para una marcha nacional de jóvenes, con grupos utilizando la IA para generar los carteles e incluso un sitio web a modo de manual para los manifestantes (qué llevar, qué traer, consignas o lemas...). ¿Podemos hablar de una marca distintiva de la Generación Z? Absolutamente. El movimiento "Moroccan Youth Voice" con su sitio web representa una evolución significativa en la organización de protestas. Esta plataforma bilingüe ofrece instrucciones precisas para las manifestaciones del 27-28 de septiembre en varias grandes ciudades marroquíes. El uso de carteles generados por IA marca una ruptura generacional. A diferencia de los movimientos anteriores que se apoyaban en visuales artesanales, esta generación domina las herramientas tecnológicas para crear rápidamente contenido viral y de calidad profesional. Las discusiones en línea revelan debates internos sobre estas elecciones estéticas, algunos criticando el uso de IA como revelador de una falta de inversión en la creación auténtica. Esta generación combina el legado de los movimientos anteriores (ausencia de liderazgo central) con nuevas herramientas: sitio web dedicado, instrucciones detalladas sobre el comportamiento a adoptar, coordinación multi-ciudades. Es un manual que profesionaliza la protesta mientras conserva su carácter espontáneo y popular. Más globalmente, ¿en qué medida las redes sociales, la inteligencia artificial y las nuevas herramientas transforman las tácticas de protesta en Marruecos? La transformación es impresionante. Se ven sobre todo dos generaciones: Y y Z movilizándose. Las redes sociales han evolucionado de herramientas de simple compartición a ecosistemas complejos de guerrilla digital, y la integración de la IA y sitios web como innovación de este movimiento. La IA permite la creación rápida de contenido visual profesional, la traducción automática para alcanzar diferentes comunidades lingüísticas. Los movimientos actuales combinan anonimato (herencia del boicot 2018), descentralización (lección del 20 de febrero), y profesionalización digital (innovación de la Gen Z). Esta hibridación crea movimientos más resilientes a los intentos de control tradicional. El Estado desarrolla sus capacidades de vigilancia y control digital. La batalla se libra ahora tanto en el espacio algorítmico como en el espacio público físico. Estas herramientas transforman la naturaleza misma de la protesta marroquí, haciéndola inclusiva y accesible, pero también más expuesta a manipulaciones eventuales internas o externas...