En su informe sobre la situación en el Sáhara Occidental, presentado el 30 de septiembre ante el Consejo de Seguridad, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, informó que Marruecos ha finalizado la construcción de una carretera de aproximadamente 93 kilómetros que conecta Es-Smara con Mauritania, cruzando el Muro de arena. Sin embargo, precisó que esta vía aún no está oficialmente abierta al tráfico. Tres semanas después de la publicación de este informe, el Frente Polisario manifestó su oposición a la apertura de este segundo punto de paso entre Marruecos y Mauritania. En una carta dirigida a António Guterres, el líder del Frente advirtió sobre «las graves consecuencias de esta nueva escalada», afirmando que amenaza «la seguridad y la estabilidad regionales». «Las Naciones Unidas deben asumir sus responsabilidades y poner fin a las acciones desestabilizadoras de la potencia ocupante», escribió Brahim Ghali en su misiva. El informe del secretario general de la ONU menciona que durante una reunión en Agadir el 19 de febrero, el comandante de la zona sur de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) aseguró al comandante de la fuerza de la MINURSO que la carretera «estaba destinada a un uso civil y no tenía relación alguna con las operaciones militares de las FAR». El Polisario cuestiona estas garantías proporcionadas por el inspector general de las FAR, el general Mohammed Berrid, recordando que Marruecos había hecho declaraciones similares en 2016 durante la construcción de la carretera que conecta El Guerguerate con Mauritania, antes de llevar a cabo una operación militar en la región el 13 de noviembre de 2020. En su carta, el líder del Polisario omitió mencionar los repetidos bloqueos de este paso por parte de elementos del Frente, acciones que habían sido públicamente condenadas por António Guterres.