A medida que se acerca la temporada de verano, que trae consigo una gran afluencia de turistas a Bouznika, la ciudad atraviesa una grave crisis ambiental debido a la acumulación de desechos y la paralización de los servicios de limpieza mientras se espera la aprobación del nuevo contrato. Las asociaciones consideran que esta situación refleja una falta de coordinación y un retraso en la adopción de las medidas necesarias, lo que afecta gravemente la calidad de vida y la salud de los residentes y visitantes. Desde hace aproximadamente un mes, Bouznika enfrenta una grave crisis ambiental debido a la acumulación de desechos en sus calles. Esta situación surgió tras la expiración, en abril de 2025, del contrato de gestión delegada de los servicios de saneamiento con la empresa AVERDA. El estancamiento en la recolección de residuos se debe a un retraso en la aprobación del nuevo contrato con la empresa SOS por parte del Ministerio del Interior, lo que ha provocado casi una parálisis de las operaciones de saneamiento. Soluciones «improvisadas» El municipio de Bouznika ha sido duramente criticado por la demora en presentar el estudio técnico al Ministerio del Interior. Tariq El Khayari, presidente del municipio, comentó a Yabiladi que estaban a la espera de la aprobación ministerial para el nuevo contrato tras la finalización del de AVERDA. Reconoció que el estudio se envió «en un plazo ajustado», lo que llevó a la situación actual. En colaboración con el ministerio, el municipio había preparado el estudio antes de lanzar una licitación a la que respondieron SOS, ARMA y AVERDA, siendo finalmente adjudicado el contrato a SOS. Sin embargo, el ministerio expresó reservas sobre el presupuesto propuesto, solicitando al municipio que lo revisara a la baja, dejando la situación en suspenso a la espera de un nuevo estudio. Ante estos desafíos, el municipio implementó soluciones temporales con sus recursos limitados, medidas calificadas de «improvisadas» por los colectivos. El Khayari explicó: «Hicimos lo mejor que pudimos, pero el gran volumen de desechos hizo que nuestros esfuerzos fueran insignificantes. Sin estas acciones mínimas, las calles habrían estado completamente inundadas de basura. Lo que hicimos fue solo una solución temporal». El Khayari también indicó que el municipio solicitó al Ministerio del Interior la aprobación de un contrato negociado para gestionar el sector del saneamiento, recibiendo una aprobación preliminar el pasado martes. En el terreno, se han movilizado tres camiones de recolección de basura que pronto comenzarán a operar, mientras se busca una solución duradera a la crisis. El Observatorio local da la voz de alarma y señala la responsabilidad del municipio Badr Dahhak, secretario general del Observatorio de Bouznika, criticó la gestión municipal, afirmando que el estudio técnico no se envió a tiempo antes de la expiración del contrato, llevando a esta «catástrofe ambiental». El activista describió Bouznika como un vertedero al aire libre, con olores nauseabundos y sustancias tóxicas que se esparcen, agravando la situación. Algunos habitantes incluso han quemado desechos, liberando humos tóxicos peligrosos para la salud, especialmente la de los niños y las personas mayores. Los empleados de saneamiento, que el nuevo contrato exige conservar, se encontraron sin empleo durante este período, llevándolos a manifestarse para denunciar la situación. Badr Dahhak confirmó que el municipio ha obtenido recientemente una orden de compra para servicios temporales de 10 días y ha firmado un contrato negociado excepcional de seis meses, un método ya utilizado en el pasado. «Responsabilizamos completamente al consejo municipal por no haber actuado de manera oportuna y adecuada, provocando esta catástrofe ambiental que afecta tanto a los residentes como a los visitantes», añadió Dahhak, haciendo un llamado a una investigación urgente para esclarecer esta crisis y garantizar el derecho de los habitantes a estar informados. Es importante señalar que Bouznika no enfrenta su primera crisis de residuos, ya vivió una situación similar el verano pasado ante la proximidad del fin del contrato con Ozone. Aunque el municipio había preparado un estudio para lanzar un nuevo contrato, el Wali de la región de Casablanca-Settat había propuesto un contrato negociado de seis meses con AVERDA para gestionar el saneamiento, contrato que acaba de finalizar.