La estrategia militar de Marruecos se caracteriza por la adquisición de armamento de última generación, especialmente en el sector aéreo. Un esfuerzo que debe ir acompañado de una modernización de las capacidades navales del reino y una buena protección de sus fronteras digitales, señala un informe elaborado por dos grupos de expertos. La calidad del armamento que Marruecos ha estado adquiriendo fue objeto de un reciente análisis por parte de la Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung y el think tank marroquí Global Governance & Sovereignty Foundation. El informe subraya que «el principal rival de Marruecos es Argelia, su vecino inmediato, que ocupa el tercer lugar mundial en la relación entre gasto militar y PIB, solo superado por Ucrania e Israel». Ante esta amenaza a su integridad territorial, el reino ha optado por un «enfoque cualitativo, con un fuerte énfasis en los sistemas aéreos», destacando la adquisición de helicópteros AH-64 Apache, drones, artillería y sistemas de defensa antimisiles. Además de enfrentarse a un presupuesto militar argelino que alcanzará los 23 mil millones de dólares en 2025, Rabat también debe contrarrestar «actividades separatistas en el sur, respaldadas por actores externos». Esto exige «capacidades de vigilancia y respuesta rápida adaptadas al terreno». Así, en abril de 2021, las Fuerzas Armadas Reales ordenaron 13 drones Bayraktar TB2 por un valor aproximado de 70 millones de dólares, a los que se sumaron seis unidades adicionales en un contrato posterior. Estos drones de combate aéreo son «una herramienta ideal para monitorear los movimientos separatistas y las amenazas fronterizas». Hacia una industria de defensa soberana El informe señala que Marruecos recibió «su primer lote de drones Bayraktar Akinci, cuyo número permanece confidencial, como parte de un acuerdo firmado en 2023». Estas adquisiciones de proveedores internacionales como Estados Unidos, Israel, Turquía y China están acompañadas de un esfuerzo por establecer una industria militar en territorio marroquí. El fabricante turco de los drones TB2 y Akinci, Baykar, anunció a principios de 2025 la apertura de un centro de mantenimiento y producción en Marruecos. Este anuncio fue precedido por la firma, el 27 de septiembre de 2024, de un acuerdo de asociación entre la Administración de Defensa Nacional y Tata Advanced Systems Limited (TASL) para la producción local del vehículo de combate terrestre WhAP 8x8. Las recientes compras subrayan este compromiso con capacidades avanzadas, especialmente en artillería. El Atmos 2000 israelí, un obús de 155 mm con un alcance de hasta 41 kilómetros, ofrece un despliegue rápido y gran movilidad, haciéndolo perfectamente adecuado para el terreno desértico marroquí. Esta adquisición complementa los 36 obuses Caesar ya comprados a Francia en 2022. El informe también destaca «la gestión de la diversidad de proveedores» de las FAR. «Es esencial para evitar una dependencia excesiva de un único socio y garantizar la resiliencia frente a cambios en las alianzas mundiales que puedan perturbar el acceso a tecnologías críticas.» Sin embargo, la conclusión de asociaciones internacionales no es suficiente para desarrollar una industria de defensa soberana. «Marruecos sigue enfrentando carencias en cuanto a capacidades de fabricación avanzada y mano de obra calificada», señala el documento. «La producción local de componentes para sistemas como la artillería Caesar o el Patriot PAC-3 requiere experiencia en ingeniería de precisión, un ámbito en el que Marruecos continúa desarrollando sus capacidades. Para superar estas carencias, Marruecos debe invertir en una visión más amplia de una industria de defensa soberana, requiriendo programas especializados para formar ingenieros y técnicos y establecer polos de innovación en las zonas industriales, conforme a su visión de autonomía industrial.» Las capacidades navales de Marruecos a desarrollar Estos pedidos de las FAR permiten a Marruecos «jugar un papel central en la estabilidad regional y la cooperación internacional en materia de seguridad, conforme a su visión a largo plazo de liderazgo y soberanía». Además de su armamento de punta, «la neutralidad diplomática de Marruecos le permite facilitar el diálogo entre los bloques sahelianos en conflicto». El reino también tiene «un papel esencial que desempeñar en la seguridad del espacio marítimo, especialmente en lo que respecta a la seguridad transatlántica y el estrecho de Gibraltar», precisa el informe. Un objetivo que requiere inversiones considerables en capacidades navales. «Marruecos debe priorizar las inversiones futuras en medios navales, como la adquisición de fragatas polivalentes dotadas de capacidades de lucha antisubmarina y defensa aérea, y elaborar una estrategia marítima», afirma el informe. Desde los primeros años del reinado de Mohammed VI, Marruecos se ha impuesto como un actor en la seguridad del tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar, con el puerto de Tánger-Med, la inauguración oficial del Centro de vigilancia del tráfico marítimo de Tánger en diciembre de 2011 y la construcción de la base naval de Ksar Sghir. En los próximos meses, la Marina Real se reforzará con la entrada en servicio de un nuevo patrullero, encargado a la empresa española Navantia. Carencias en ciberseguridad El informe también llama al reino a orientarse para la próxima década, «hacia el fortalecimiento de sus capacidades navales y el desarrollo de una experiencia en guerra híbrida, especialmente en ciberoperaciones, para llenar las lagunas de su arquitectura de defensa y enfrentar los desafíos emergentes (...). Los ciberataques contra infraestructuras críticas requieren un ciberarmado robusto. Marruecos podría crear un cibercomando dedicado, aprovechando sus capacidades gracias a un sector tecnológico en pleno crecimiento, para formar especialistas en ciberoperaciones.» «Colaborar con aliados clave como la OTAN podría acelerar este desarrollo, permitiendo a Marruecos contrarrestar las campañas de desinformación, proteger sus fronteras digitales y responder a los intentos de desestabilización adversos», recomiendan los dos think tanks.