La región de Casablanca-Settat se prepara para implementar cerca de treinta estaciones de desalinización, como parte de las medidas para combatir el estrés hídrico y la disminución de las precipitaciones en los últimos años. En concreto, se trata de 28 estaciones monobloque de desalinización y desmineralización de agua de mar (SMB), diseñadas para garantizar el suministro de agua potable a la población. «Hasta la fecha, 17 SMB ya están operativas de las 28 previstas en toda la región», afirmó Abdellatif Maâzouz, presidente del consejo regional de Casablanca-Settat, en una declaración a la MAP. Durante una visita el lunes a varias de estas instalaciones en Berrechid y Settat, Maâzouz destacó que «estos proyectos han requerido una inversión de 400 millones de dirhams (MDH), con una contribución estatal de 272 MDH y 128 MDH de la región». El presidente celebró el impacto positivo de estas estaciones en el suministro de agua potable a la población y subrayó la importancia de un seguimiento riguroso y diario de este recurso vital, así como la necesidad de una conciencia colectiva sobre los desafíos en esta materia. Según Maâzouz, esta iniciativa forma parte de un enfoque integrado que refuerza otros proyectos clave, como la autopista del agua que conecta la cuenca del Sebou con la del Bouregreg, y la estación de desalinización de Jorf Lasfar, mientras se espera la finalización de la gran estación de desalinización de Casablanca. Esta última, recordó, tendrá una capacidad de tratamiento de 200 millones de m³ al año y, una vez operativa, cubrirá aproximadamente el 80% de las necesidades de agua potable de la región. Este proyecto se enmarca en la misión de la Sociedad Regional de Multiservicios (SRM) Casablanca-Settat de asegurar la seguridad del suministro. Las SMB tienen un caudal que varía desde 3 litros de agua potable por segundo hasta más de 30 l/s en algunos casos. Estas estaciones monobloque utilizan la tecnología de ósmosis inversa, que permite obtener agua tratada de alta calidad y representa una solución ecológica. Financiado por el Ministerio del Interior, este proyecto es parte de los esfuerzos para combatir el estrés hídrico.