La prensa occidental rindió un vibrante homenaje a un espía del Mossad, Mike Harari, fallecido el 21 de septiembre de 2014, responsable del asesinato de un marroquí en Noruega. Un país conocido por su respeto a los derechos humanos, pero que decidió archivar el caso y liberar rápidamente a los asesinos de Ahmed Bouchikhi. El fallecimiento del espía israelí Mike Harari trae a la memoria de los marroquíes el asesinato de uno de los suyos: Ahmed Bouchikhi, hermano de Jelloul Bouchikhi, conocido como Chico, líder de los Gypsy Kings. El 21 de julio de 1973, en Oslo, Noruega, agentes del Mossad confundieron a Bouchikhi con un dirigente palestino y lo asesinaron. Hasta la fecha, los responsables nunca han enfrentado la justicia. La razón de Estado se impuso, y las autoridades noruegas, a pesar de su compromiso con los derechos humanos, decidieron ignorar el crimen. Un asesinato, ya sea por error o con premeditación, sigue siendo un crimen que merece castigo. Sin embargo, en el caso de Bouchikhi, un camarero asesinado fríamente frente a su esposa embarazada, la justicia no llegó. Inicialmente, la policía arrestó y encarceló a cinco agentes del Mossad: Marianne Gladinkoff, de Suecia; Sylvia Rafael, de Sudáfrica; Zvi Steinberg, de Brasil; Abraham Gehmer y Dan Aerbel, de Dinamarca, pero luego fueron liberados. Mientras tanto, el sexto implicado, el israelí Mike Harari, logró escapar. No fue el único involucrado. Otras ocho personas participaron en la planificación de este asesinato durante dos años. El objetivo real era Ali Hassan Salameh, un alto dirigente de la OLP y jefe del comando que había tomado como rehenes a deportistas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. Ahmed BouchikhiAhmed Bouchikhi Tel Aviv indemniza a la familia Bouchikhi Una comisión gubernamental de investigación, compuesta por seis jueces y presidida por el fiscal Gullow Gjeseth, decidió clasificar como secreto de Estado todo el caso, incluido el veredicto de un tribunal local contra los cinco agentes del Mossad, en un informe de 179 páginas tras dos años de investigaciones. En 1996, el gobierno israelí pagó una indemnización a la familia Bouchikhi, sin admitir su responsabilidad en el asesinato. «Nadie paga compensaciones si no es culpable», comentó Torril Larsen Bouchikhi, la viuda del marroquí, ante la generosidad de Tel Aviv. Dos años después, la justicia noruega intentó, sin éxito, reabrir el caso del asesinato de Ahmed Bouchikhi. En 1999, el expediente fue rápidamente cerrado, alegando dificultades para probar la culpabilidad de Mike Harari. Cabe destacar que, durante cuatro décadas, las autoridades marroquíes han mantenido un silencio absoluto sobre este asunto.