Aunque Argelia afirma no ser parte interesada en el conflicto del Sáhara Occidental, en los años 2000, el vecino del Este había hecho una propuesta sugiriendo dividir el territorio entre Marruecos y el Frente Polisario. Argel también había propuesto en el pasado que la ONU administrara directamente el Sáhara. A finales de los años 90, las Naciones Unidas concluyeron que el plan para resolver el conflicto del Sahara Occidental, basado en un referéndum, presentaba dos posibles desenlaces: la integración del territorio en Marruecos o su independencia. Sin embargo, pronto se encontraron en un callejón sin salida debido a las profundas diferencias entre el Frente Polisario y Argelia, por un lado, y Marruecos, por otro, en cuanto a quiénes podrían participar en la votación. En junio de 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una propuesta de James Baker, entonces enviado especial para el Sahara Occidental. Este acuerdo marco proponía que los saharauis ejercieran el poder en la provincia a través de órganos ejecutivos, legislativos y judiciales, mientras que Marruecos mantendría el control sobre las relaciones exteriores. Según el plan Baker, el estatus definitivo del Sahara se sometería a referéndum cinco años después, en una fecha acordada por ambas partes. Para participar en este referéndum, los votantes debían haber residido permanentemente en el Sahara durante el año anterior. Marruecos fue el primero en reaccionar a esta iniciativa. «A principios de 2001, mi enviado personal pudo constatar que Marruecos, como potencia administradora del Sahara Occidental, estaba dispuesto a apoyar un proyecto de acuerdo», señaló el entonces Secretario General de la ONU en un informe sobre la situación del Sahara Occidental, publicado el 23 de mayo de 2003. «Este acuerdo prevé la transferencia del poder a los habitantes del territorio, mientras que el estatus definitivo se decidiría por referéndum cinco años después», indicó Kofi Annan, secretario general de la ONU en ese momento. Abdelaziz Bouteflika con el exsecretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz. / Ph. DRAbdelaziz Bouteflika con el exsecretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz. / Ph. DR Argelia propone la división del territorio Al mismo tiempo, el diplomático ghanés destacó que Argelia había expresado «fuertes reservas» sobre esta propuesta, mientras que el Frente Polisario había mostrado su «reticencia a examinar el proyecto de acuerdo marco». Para adelantarse a Marruecos, Argelia también presentó una solución. Según el informe del Secretario General sobre la situación del Sahara Occidental, publicado el 19 de febrero de 2002, Argel sugirió que «las Naciones Unidas asumieran la soberanía sobre el Sahara Occidental para aplicar disposiciones similares a las del plan de resolución». «El (el enviado personal) también considera, opinión que comparto, que la propuesta presentada por Argelia (...) no tiene más posibilidades que el plan de resolución de conducir a una solución rápida, duradera y concertada del conflicto sobre el Sahara Occidental», continuó Kofi Annan. Tras su propuesta poco seria y su rechazo a casi todas las soluciones propuestas por la ONU, Argelia innovó en 2002 al hacer una sorprendente propuesta, buscando dividir el territorio entre Marruecos y el Polisario. Según la propuesta de Argel, Marruecos recuperaría la provincia de Sakia El Hamra, es decir, dos tercios del Sahara Occidental, mientras que el Polisario heredaría la provincia de Oued Ed-Dahab, es decir, un tercio del territorio, para crear su «Estado independiente». La reacción de Marruecos no se hizo esperar, rechazando categóricamente cualquier partición de su Sahara, como se indicó en el informe del Secretario General, publicado el 22 de mayo de 2003. Argelia se cree Estados Unidos En abril de 2002, Estados Unidos presentó al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución adoptando el acuerdo marco con algunas enmiendas, lo que provocó la protesta de Argelia. Según un artículo del diario Asharq Al Awsat, el representante argelino en la ONU, Abdellah Baali, incluso envió una carta al presidente del Consejo de Seguridad instándolo a abandonar el proyecto estadounidense de resolución si no se consideraba la opción de dividir el Sahara Occidental entre el Frente Polisario y Marruecos. El rey Mohammed VI y el presidente argelino. / Ph. DREl rey Mohammed VI y el presidente argelino. / Ph. DR El diplomático argelino instó a los miembros del Consejo a considerar una solución política al problema del Sahara Occidental, expresando «la disposición de Argelia a examinar la propuesta de dividir el territorio de la región entre Marruecos y el pueblo del Sahara Occidental». «Argelia considera que esta solución sería justa y ya cuenta con el apoyo de algunos países», declaró. Nuevamente, las autoridades marroquíes no se quedarían de brazos cruzados ante la propuesta argelina. El gobierno consideró que Argelia, con esta propuesta, «pone fin a la ilusión que ella misma creó sobre la existencia de un supuesto pueblo saharaui». «Las propuestas argelinas siembran el caos en la región, son una fuente de nuevos conflictos y constituyen un peligro sin precedentes para un continente africano desgarrado por la guerra», declaró el gobierno marroquí. Las autoridades marroquíes reiteraron su «rechazo categórico a cualquier solución que no respete la unidad y soberanía [de Marruecos] sobre el Sahara», añadiendo que «las propuestas de división constituyen una nueva conspiración contra la integridad territorial» del reino. Por su parte, el embajador representante permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas en ese momento, Mohamed Bennouna, declaró que «el presidente argelino Abdelaziz Bouteflika presentó (esta idea de división) en nombre de los separatistas», señalando que la propuesta argelina busca crear un pequeño Estado bajo la protección de Argelia, que busca desesperadamente una salida hacia el Atlántico.