El Tribunal de Apelación de Tánger ha sentenciado a cadena perpetua a un hombre por el asesinato de su esposa, a quien roció con aceite hirviendo, provocándole la muerte debido a las graves quemaduras sufridas. Durante el juicio, el acusado confesó haber experimentado tensiones constantes a lo largo de su matrimonio, que duró aproximadamente un año y ocho meses. Alegó que él era la parte «perjudicada» en la relación. El hombre relató que la noche del trágico incidente, en medio de una discusión acalorada, fue a la cocina para preparar comida y perdió el control después de recibir un insulto, según su versión. En ese momento, vertió aceite caliente sobre su esposa, asegurando que no tenía la intención de matarla. Sin embargo, la familia de la víctima rechazó esta versión en una declaración a los medios, afirmando que el crimen fue premeditado. Los familiares destacaron que la cantidad de aceite utilizada era considerable y no podía tratarse simplemente de aceite de cocina, ya que causó quemaduras de segundo y tercer grado que resultaron fatales. Además, insistieron en que su hija no estaba discutiendo en el momento del ataque, sino que dormía en su cama cuando su esposo la sorprendió y le vertió el aceite hirviendo tras haberlo calentado intencionadamente.