Zineb Fares, una emprendedora marroquí radicada en Londres, ha logrado fusionar tradición y modernidad al lanzar Raphia, una marca de chocolate de alta gama que celebra el legado marroquí con elegancia. En una entrevista con Yabiladi, comparte su inspirador recorrido, desde Casablanca hasta Ginebra, y su visión de unir recuerdos e innovación para tocar los corazones en todo el mundo. Zineb Fares, una marroquí afincada en Londres, ha logrado convertir su profundo apego a sus raíces y su espíritu innovador en un trampolín hacia el éxito empresarial. Desde la capital británica, fundó su marca Raphia, que ofrece a Marruecos una visión contemporánea y sofisticada, utilizando el chocolate para narrar historias de pertenencia, identidad y un gusto exquisito. En una entrevista con Yabiladi, Zineb Fares recuerda con emoción su infancia en Casablanca: «Mi infancia estuvo marcada por largas reuniones familiares, el aroma del azahar flotando en el aire y el arte de recibir con elegancia, que es el corazón de la hospitalidad marroquí. Ese espíritu era omnipresente y se convirtió en parte de mí. Incluso después de mudarme a Suiza para mis estudios y carrera, ese sentimiento de pertenencia y hospitalidad nunca me abandonó. Me acompañó a dondequiera que fui.» Establecerse en Ginebra no fue tarea fácil. Zineb tuvo que adaptarse a un nuevo ritmo de vida y «traducirse a sí misma» en términos lingüísticos, culturales y emocionales. Lo que al principio parecía un desafío se convirtió en una fortaleza. «Tuve que aprender a adaptarme rápidamente, a ser flexible y de mente abierta», confiesa. Raphia: Un puente entre recuerdos e innovación Zineb estudió gestión hotelera en Ginebra, una ciudad reconocida por su excelencia en este ámbito. Ella explica esta elección: «La hospitalidad era una obviedad. En Marruecos, es mucho más que una profesión; es un arte de vivir. Estudiarla de manera académica me permitió transformar este legado cultural en algo tangible y profesional.» «Ginebra me enseñó la organización, la precisión y los estándares internacionales, pero mantuve mi espíritu marroquí en el corazón de todo. Este equilibrio entre disciplina y pasión ha moldeado mi enfoque hacia los negocios.» Zineb Fares Este equilibrio fue lo que inspiró la creación de Raphia en Londres, donde se estableció en 2016. «Raphia nació de un profundo deseo de celebrar Marruecos de manera sofisticada y moderna, sin caer en estereotipos o clichés», explica. «Quería algo elegante, auténtico y cargado de emociones. Londres, con su innovación y diversidad, era el lugar ideal para lanzar la marca. La identidad de Raphia es un tejido de memoria y modernidad; desde el chocolate hecho a mano hasta los ingredientes tradicionales como los dátiles, el agua de rosas y el aceite de oliva, cada elemento está elegido con cuidado y significado.» Zineb Fares Zineb destaca que cada sabor cuenta una historia, no solo sobre Marruecos, sino también sobre un sentimiento o un momento particular. «Mi inspiración a menudo proviene de los rituales estacionales o de las recetas tradicionales, como la chebakia o los briouats durante el Ramadán, o toques de almendras y miel durante los meses más fríos. No se trata solo de sabor, sino de emoción. Siempre me pregunto: ¿Qué memoria evocamos? ¿Y a qué mesa invitamos a la gente a sentarse?» Recuerda momentos clave de su trayectoria, como la apertura de su primera tienda, sus colaboraciones con hoteles de lujo, o los clientes emocionados por sabores que les recordaban la cocina de su abuela. También habla de los desafíos encontrados, especialmente al principio: «Hubo desafíos logísticos, momentos de duda y la necesidad de hacer todo con recursos limitados. Estas experiencias han forjado los cimientos de Raphia tal como es hoy.» Una visión de futuro para Raphia Zineb otorga gran importancia a los comentarios de sus clientes, describiéndolos como «extremadamente conmovedores. Para aquellos que descubren los sabores marroquíes, a menudo es una experiencia de descubrimiento. Para los marroquíes y norteafricanos en el extranjero, despierta una profunda emoción. Muchos me dicen que les recuerda a su hogar, su infancia, sus familias y sus raíces. Esta conexión es la esencia de nuestro trabajo.» Ella planea expandir su marca internacionalmente, comenzando por su país de origen. «Marruecos está en el corazón de Raphia, y deseo continuar tejiendo lazos con mi país, ya sea a través de la producción, las tiendas o asociaciones con artesanos marroquíes. A nivel internacional, veo un gran potencial en Oriente Medio, Estados Unidos y Europa.» Finalmente, Zineb anima a sus compatriotas expatriadas a concretar sus ambiciones y a no «esperar el momento perfecto, sino a crearlo. Su trayectoria es un activo valioso. Manténganse fieles a su identidad, sean audaces en su visión, y rodéense de personas que las impulsen a avanzar. Su voz cuenta, dondequiera que estén y en el idioma que elijan expresar.»