La Fiscalía Federal Alemana (GBA) ha presentado cargos de espionaje contra Youssef El Asrouti, un ciudadano marroquí, acusándolo de recopilar información sobre miembros del Hirak del Rif para la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED). Según el comunicado del fiscal, El Asrouti habría actuado junto a Mohamed A., quien recibió la misión del «servicio de inteligencia marroquí» y posteriormente transmitió la información recolectada. Mohamed A. ya había sido condenado en 2023 por el tribunal de Düsseldorf a una pena de prisión suspendida de un año y nueve meses. El arresto de Youssef se produjo en España el 1 de diciembre de 2024, bajo una orden de arresto europea, y fue extraditado a Alemania el 15 de enero de 2025, donde un juez federal ordenó su detención preventiva. El fiscal alemán no ha proporcionado más detalles sobre la naturaleza de la información recopilada, pero indicó que las actividades de espionaje comenzaron en enero de 2022. Tras la extradición de Youssef a Alemania, Marruecos negó cualquier vínculo con él. Una fuente de seguridad marroquí lo describió como un activista radical residente en Europa, involucrado en actividades anti-marroquíes. El Asrouti es miembro activo del «Movimiento Republicano», que agrupa a activistas del Hirak del Rif en Europa. Según las mismas fuentes, ha adoptado posturas firmes contra Marruecos y ha hecho llamados públicos a la independencia del Rif. A pesar de no ser de origen rifeño, El Asrouti ha colaborado estrechamente con Jaber El Ghadoui, conocido como «Yuba», un destacado miembro del partido de los «Nacionalistas Rifeños» con sede en Düsseldorf. Bajo la influencia de Yuba, El Asrouti ha participado en proyectos que las autoridades marroquíes consideran subversivos. Sus actividades se intensificaron tras un intento fallido de expulsión de Alemania en 2018, donde fue encarcelado por residencia irregular. Aunque se presentó una solicitud de asilo a su nombre, esta fue rechazada, resultando en un proceso de expulsión. Sin embargo, el procedimiento fracasó debido a un incidente violento en el aeropuerto que impidió su deportación a Marruecos. Después de ser expulsado de Alemania en mayo de 2018, El Asrouti se estableció en los Países Bajos, donde presentó una nueva solicitud de asilo, alegando persecución por parte de las autoridades marroquíes debido a su activismo. También publicó una carta renunciando a su ciudadanía marroquí y declarando su deslealtad al rey Mohammed VI, un gesto interpretado como un intento de obtener el estatus de refugiado político.