El dueño de la villa involucrada en el escándalo de cámaras ocultas en una residencia turística en Marrakech confesó durante su interrogatorio que su adicción a los videos pornográficos fue el motivo de sus acciones. Aunque admitió tener conexiones con una empresa de producción de películas para adultos en Francia, negó haber compartido las grabaciones con sitios especializados. Según el portal Kech24, el acusado solo confesó sus crímenes tras ser confrontado por una empleada de limpieza. Ella declaró que el propietario aprovechaba la ausencia de los huéspedes para entrar en las habitaciones y recuperar las grabaciones de las cámaras, ingeniosamente ocultas en electrodomésticos y objetos decorativos. El caso salió a la luz cuando una conocida influencer estadounidense publicó un video en TikTok revelando el hallazgo de una cámara oculta en la villa que había alquilado a través de Airbnb para unas vacaciones con amigos. Esta revelación llevó al grupo a inspeccionar minuciosamente cada habitación, sospechando que sus pertenencias personales podían haber sido manipuladas. Tras documentar el estado de las habitaciones antes de partir hacia Agafay, al regresar notaron cambios sospechosos, lo que reforzó sus sospechas. Decidieron entonces utilizar una aplicación móvil especializada para detectar cámaras ocultas. En colaboración con la Gendarmería Real, se organizó una trampa para el propietario. Unos turistas lo contactaron bajo el pretexto de negociar el elevado precio de las bebidas alcohólicas, que superaban los 2,000 dirhams por botella, lo que llevó a su arresto inmediato. Durante el registro, se incautaron una computadora, dos teléfonos, una suma de dinero cercana a los 100,000 dirhams y un juguete sexual. La lujosa villa fue sellada, y los dispositivos electrónicos fueron enviados a Rabat para un peritaje técnico. El acusado enfrenta cargos por grabación ilegal de individuos sin su consentimiento, violación de la privacidad, explotación no autorizada de una propiedad alquilada, facilitación de la prostitución y distribución ilegal de alcohol. Fuentes judiciales no descartan la posibilidad de acusarlo de tráfico de personas si las investigaciones confirman su implicación en la distribución de contenido grabado a sitios pornográficos.