En el barrio de Riad Al-Oulfa, en Casablanca, la policía detuvo a una mujer sospechosa de estar implicada en un caso que ha sacudido a la opinión pública. Se le acusa de haber torturado hasta la muerte a su hijo de tres años en el domicilio que compartía con un hombre de nacionalidad siria, con quien mantenía una relación ilícita, según informa el diario Assabah. La sospechosa, que fingía ser una refugiada siria para engañar a transeúntes y benefactores mientras mendigaba, fue arrestada junto a su pareja, quien está acusado de complicidad. La madre intentó engañar a las autoridades médicas y de seguridad afirmando que el niño había fallecido tras una caída accidental en las escaleras de su casa. Sin embargo, un examen médico reveló signos claros de tortura y maltrato en el cuerpo del menor. Esto llevó al personal médico a alertar a las autoridades, que iniciaron una investigación de inmediato. Las pesquisas realizadas por la policía judicial destaparon los intentos de la sospechosa por encubrir el crimen. La mujer intentó culpar a su amante sirio, alegando que él había huido tras agredir al niño, con la esperanza de desviar la atención. No obstante, las fuerzas del orden lograron localizarlo en la ciudad de Martil, donde fue detenido. Durante los interrogatorios, él negó haber participado en los abusos al menor, admitiendo únicamente su relación ilícita con la madre. A medida que la investigación avanzaba y se acumulaban pruebas contundentes, la madre confesó su crimen, afirmando que no tenía intención de matar a su hijo, sino que solo quería castigarlo.