En la región de Essaouira, un nuevo estudio destaca el sistema Agdal, una forma tradicional de pastoreo controlado, como un mejor equilibrio capaz de proteger los arganales, al mismo tiempo que apoya los medios de subsistencia pastorales. Este uso es más adecuado que el pastoreo intensivo por las cabras y sus efectos en los arganes, su fotosíntesis, el crecimiento de sus hojas y su salud general. En Marruecos, es común ver a las cabras trepando a los arganes para alimentarse de sus brotes jóvenes, hojas e incluso frutos, como muestran las postales. Esta práctica es fundamental para la vida de los bosques de arganes. Sin embargo, cuando se realiza de manera intensiva, pone en riesgo la supervivencia de este árbol endémico del valle semi-desértico del Souss. Un estudio científico reciente ha analizado el impacto de diferentes niveles de pastoreo en la salud de los arganes, centrándose en el bosque de Boutazart, en la región de Essaouira. Los investigadores destacan que, aunque el pastoreo ha sido históricamente un componente esencial de estos ecosistemas, proporcionando recursos vitales para el ganado y las comunidades rurales, con el tiempo se ha convertido en una amenaza significativa. Para evaluar los efectos del pastoreo, científicos de la Universidad Cadi Ayyad en Marrakech y otras instituciones colaboradoras estudiaron tres escenarios: sin pastoreo, pastoreo moderado (sistema Agdal) y pastoreo intensivo. Sus hallazgos, publicados el 29 de agosto en Science Direct, revelan que los árboles sometidos a un consumo intensivo muestran un rendimiento deficiente, con una eficiencia fotosintética reducida, menos pigmentos, hojas más pequeñas y mayores indicadores de estrés. En cambio, los árboles protegidos mantuvieron funciones fisiológicas óptimas. Historia: El aceite de argán, una tradición milenaria en su hábitat natural El sistema Agdal se perfila como una solución eficaz El estudio resalta el sistema Agdal, una práctica de pastoreo controlado con siglos de antigüedad en Marruecos, como una solución viable. Este método limita el pastoreo durante los períodos críticos de crecimiento, permitiendo que los árboles se regeneren. «Aunque los árboles no pastoreados mostraron el mejor rendimiento, el sistema de pastoreo moderado (Agdal) podría ser el más adecuado de los tres», señalan los autores. Este enfoque satisface las necesidades alimenticias de las cabras y garantiza la sostenibilidad del ecosistema del bosque de arganes. Además, la calidad del suelo mejoró bajo el pastoreo gestionado, con mayor humedad, materia orgánica y nitrógeno en comparación con las áreas intensamente pastoreadas. El estudio sugiere que la adopción de sistemas tradicionales como el Agdal podría asegurar el futuro de este emblemático árbol marroquí. El argán, declarado Reserva de Biosfera por la UNESCO, sustenta los medios de vida de más de 1,3 millones de personas, especialmente a través de la producción de aceite de argán por cooperativas femeninas. Sin embargo, la densidad de los bosques ha disminuido drásticamente en las últimas décadas debido a la sobreexplotación, con pérdidas estimadas en 610 hectáreas por año en 2009.