Un nuevo estudio advierte que la presa Al Wahda en Marruecos, ubicada en las montañas sísmicamente activas del Rif, enfrenta una probabilidad del 100% de experimentar al menos un sismo moderado (≥4 Mw) en los próximos 25 años. Esta previsión se basa en un marco de modelado probabilístico desarrollado recientemente por investigadores, para evaluar los riesgos. Ubicado en una de las regiones más sísmicamente activas de Marruecos, en el área del Rif, el embalse Al Wahda se destaca como la mayor infraestructura hidráulica del país. Un estudio reciente, publicado el lunes por Science Direct, pone de relieve los significativos riesgos sísmicos que enfrenta esta zona, advirtiendo sobre la creciente vulnerabilidad de esta crucial estructura. Considerando la complejidad tectónica de la región y su historial de terremotos devastadores, los investigadores han desarrollado un nuevo modelo probabilístico que permite evaluar la frecuencia y magnitud de posibles eventos sísmicos, centrándose en las amenazas que afectan a la cuenca del embalse Al Wahda. El estudio analiza un siglo de datos sísmicos, desde 1923 hasta 2023, integrando cartografía neotectónica para identificar sistemas de fallas activas y utilizando herramientas informáticas avanzadas para simular las probabilidades de terremotos. Este enfoque ofrece un análisis detallado de la frecuencia y distribución espacial de los eventos sísmicos en la región, proporcionando una comprensión más precisa de los peligros geológicos que podrían comprometer la seguridad y la integridad estructural del embalse. 100% de probabilidades de sismos moderados en 25 años Los resultados son preocupantes. Según el modelo, hay una probabilidad del 100% de que al menos un terremoto de magnitud moderada, definido como un sismo de 4 Mw (escala de magnitud de momento) o más, ocurra en la región en los próximos 25 años. Además, el estudio estima que existe más de un 20% de probabilidad de que se produzcan sacudidas de menor magnitud (≤ 3 Mw) durante el mismo periodo. Lo más alarmante es la concentración de actividad sísmica alrededor de los extremos del embalse. Las conclusiones también identifican «las zonas de fallas, como la falla de Jebha y el contacto intra-mesorif, como contribuyentes clave a la sismicidad regional». Estas proyecciones subrayan la urgencia de reforzar la planificación de seguridad y las estrategias de reducción de riesgos. En este contexto, los autores insisten en que sus conclusiones son cruciales para la planificación a largo plazo del uso del suelo y la preparación para desastres en la región. «Son esenciales para la planificación del uso del suelo, la seguridad de los embalses y las estrategias de mitigación, proporcionando herramientas para mejorar la resiliencia frente a los peligros geológicos, mientras se cierra la brecha entre las ciencias de la tierra y las aplicaciones geotécnicas», concluye el estudio.