El exdiputado de izquierda Omar Balafrej vuelve a ser protagonista, esta vez como una voz inesperada del movimiento GenZ 212. Invitado al debate durante un podcast en Discord, ha captado la atención de miles de jóvenes oyentes, tras años alejado de la vida política. En su primera aparición pública desde el inicio de las manifestaciones, elogió a la juventud y sus demandas reformistas. En el marco de las manifestaciones GenZ 212 en Marruecos, el exdiputado de izquierda Omar Balafrej ha emergido como una figura inesperadamente popular entre los jóvenes. En los últimos días, las redes sociales se han visto inundadas de mensajes que claman por su regreso a la política. Este fenómeno alcanzó su punto culminante el miércoles por la noche, durante un podcast en Discord que reunió a más de 10,000 usuarios. Esta aparición marcó la primera intervención pública de Balafrej desde el inicio de las protestas. Aunque reiteró que había «abandonado la política», expresó su «deber de compartir [su] experiencia con los jóvenes nacionalistas y activistas que buscan el cambio». Balafrej confesó sentirse conmovido por la movilización juvenil. «Al verlos en Discord y YouTube, comprendí que algo nuevo está surgiendo en Marruecos: una generación de la que no sabía nada, pero que trae consigo una energía renovada y un sentido de responsabilidad», afirmó. Del silencio político a la voz digital El exparlamentario de la Federación de la Izquierda Democrática elogió el compromiso de los jóvenes con temas sociales, especialmente la salud, que según él fue «la gota que colmó el vaso este verano». Los felicitó por atreverse a expresar su descontento, afirmando que «muchos marroquíes llevan años insatisfechos, pero no pueden manifestarlo colectivamente». «Ustedes han logrado hacerlo, y eso ya es una victoria», subrayó. Interrogado sobre posibles presiones en el Parlamento, Balafrej aseguró que nunca las sufrió. «Nadie me ha dicho jamás qué hacer o no hacer», recordó, señalando que el verdadero problema son los diputados que «se autocensuran para proteger sus intereses». Criticó cómo algunos representantes «hablan más por sus empresas que por los ciudadanos», citando como ejemplo la campaña de boicot de 2018. Balafrej también recordó haber propuesto una «ley de gracia general» para los activistas detenidos, incluidos los del Hirak del Rif, subrayando que «su lugar está en la política, no en la cárcel». En cuanto a la justicia económica, reiteró una de sus ideas de siempre: «Un impuesto sobre la fortuna del 0,5% podría financiar salud y educación. No es una cantidad enorme, pero siempre se rechaza en el debate político». Lamentó además la ausencia de nuevas fuerzas políticas desde la Constitución de 2011, señalando que desde entonces «solo se ha creado un nuevo partido político; necesitamos caras nuevas, energía renovada. La ley dificulta la creación de partidos, y los existentes no quieren competencia». Un problema de prioridades Consultado sobre el balance del gobierno actual, Balafrej criticó su enfoque en grandes proyectos. «Si puedes construir un estadio monumental en tiempo récord pero no puedes proporcionar agua corriente en 5,000 escuelas, es un problema de prioridades, no de recursos», afirmó. Sobre un posible regreso a la política, el exdiputado fue claro: «Si alguna vez liderara un gobierno, mi primer acto sería la reconciliación nacional, liberar a todos los detenidos, poner fin al acoso a periodistas y hacer del diálogo la norma, no la excepción». El nombre de Balafrej ha resurgido durante las recientes manifestaciones GenZ 212 en Marruecos, iniciadas a finales de septiembre, que exigen un sistema de salud pública más robusto, un mejor servicio educativo y más empleos. En una carta abierta al rey Mohammed VI, el movimiento ha pedido la dimisión del gobierno, exigiendo además medidas contundentes contra la corrupción. El grupo, que planea continuar las manifestaciones esta semana, ha anunciado que suspenderá las concentraciones el viernes, en señal de respeto por el próximo discurso del soberano, durante la apertura del nuevo año parlamentario.