Ante las crecientes demandas de la Generación Z, el gobierno marroquí anuncia una nueva estrategia nacional para combatir la corrupción, declaró la ministra delegada para la Transición Digital, Amal El Fallah Seghrouchni, durante una sesión parlamentaria. Marruecos está clasificado en el puesto 99 por Transparency International, una posición criticada por sus graves consecuencias económicas. El gobierno de Marruecos intensifica sus esfuerzos para atender las demandas de las protestas lideradas por la generación Z. Este martes 13 de octubre, en la Cámara de Representantes, la ministra delegada para la Transición Digital y Reforma de la Administración, Amal El Fallah Seghrouchni, anunció que el ejecutivo está elaborando «una nueva estrategia nacional de lucha contra la corrupción». Este nuevo enfoque se fundamenta en «una evaluación de la estrategia anterior, en colaboración con la Instancia Nacional de la Probidad, la Prevención y la Lucha contra la Corrupción (INPPLC) y la sociedad civil», explicó en respuesta a una pregunta del grupo parlamentario del Movimiento Popular, perteneciente a la oposición. La ministra también reveló que el gobierno, en coordinación con la INPPLC, planea adoptar los índices de percepción de transparencia desarrollados por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Marruecos ocupa el puesto 99 según Transparency International La ministra justificó esta decisión señalando que «la complejidad del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparency International no refleja adecuadamente los esfuerzos del gobierno». Subrayó que los índices de la OCDE se basan en «fuentes y datos confiables, verificados por los gobiernos de los países». En este contexto, el grupo de diputados del PJD recordó que Marruecos se ubica en el puesto 99 del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparency International para 2024. «Esta clasificación le cuesta a Marruecos 50 mil millones de dirhams anuales, lo que equivale a la construcción de 12 hospitales universitarios cada año y a un crecimiento del 2 al 3%», lamentó el diputado islamista Abdessamad Haiker. «Este gobierno no ha incluido la lucha contra la corrupción en su agenda. Prueba de ello es que no se ha celebrado ni una sola reunión de la comisión nacional de lucha contra la corrupción. Por el contrario, este gobierno ha retirado el proyecto de ley contra el enriquecimiento ilícito y sobre la ocupación de espacios públicos. No han adoptado una ley sobre conflictos de intereses, mientras que han blindado la corrupción contra las denuncias de la sociedad civil en el nuevo procedimiento penal, especialmente en sus artículos 3 y 7.» Abdessamad Haiker «Esta política no solo ha movilizado a los habitantes de Aït Bouguemez, sino también a los internautas. Con esta política, están poniendo en riesgo la seguridad y la estabilidad de nuestro país», denunció el diputado del PJD. El alegato de Haiker fue seguido por una intervención del presidente del grupo de diputados del RNI, Mohammed Chouki, quien recordó que «la última reunión de la Comisión Nacional de Lucha contra la Corrupción se llevó a cabo en 2017», bajo el gobierno de Saad-Eddine El Othmani del PJD. Estas declaraciones provocaron la ira de los diputados del Partido de la Lámpara. Tras el regreso a la calma, Chouki instó al ejecutivo a permitir que el Parlamento participe en la elaboración de la «nueva estrategia nacional contra la corrupción». En su discurso del 10 de octubre ante el Parlamento, el rey Mohammed VI abogó por una «justicia social y territorial». La lucha contra la corrupción es una de las principales demandas de las manifestaciones de la generación Z en Marruecos.