En la noche del domingo 19 al lunes 20 de octubre de 2025, el fútbol marroquí dio un salto a otra dimensión. En Santiago de Chile, ante un público donde predominaba el rojo, los Cachorros del Atlas le otorgaron a Marruecos su primer título mundial al vencer a Argentina (2-0) en la final de la Copa del Mundo Sub-20. Una hazaña resonante, grabada con letras de oro en la memoria deportiva del reino. Frente a la legendaria Albiceleste, siete veces campeona del mundo, los jóvenes marroquíes no se amedrentaron. Mejor aún: impusieron su ley en los primeros 30 minutos, con una rigurosidad táctica y una madurez dignas de las grandes naciones. Impulsados por un Yassir Zabiri encendido, autor de un doblete espectacular, los pupilos de Mohamed Ouahbi encarnaron a la perfección la nueva identidad del fútbol nacional: ambiciosa, colectiva y sin complejos. Tres años después de la histórica semifinal de los Leones del Atlas en el Mundial de Catar, y un año después de obtener el tercer lugar en los Juegos Olímpicos de París, Marruecos ha confirmado que su ascenso no es efímero. El sueño mundialista se ha convertido en realidad. La #U20WC Final: Argentina ? Marruecos pic.twitter.com/W052yo7god — FIFA World Cup (@FIFAWorldCup) October 20, 2025 Zabiri, el héroe de una generación Desde los primeros minutos, los Cachorros tomaron el control del juego. Con una presión alta y una circulación fluida, el trío ofensivo Zabiri–Maama–Essadak hizo tambalear a una defensa argentina superada. En el minuto 14, Zabiri abrió el marcador con un tiro libre magistral desde 25 metros: un disparo curvado y claro que el portero Leandro Brey solo pudo seguir con la mirada. Argentina intentó responder, sin éxito. La organización defensiva marroquí, liderada por el sólido El Aynaoui y el vigilante El Hafi, anuló cada intento adversario. Y en el minuto 38, Zabiri volvió a golpear: una volea de pie derecho, sobre un centro milimétrico de Maama (mejor jugador del Mundial), selló ya el destino de esta final. En la segunda mitad, los sudamericanos monopolizaron el balón (54 % de posesión entre el minuto 45 y el 70), pero el cerrojo marroquí nunca cedió. Aún mejor, los Cachorros demostraron una rara inteligencia táctica, ralentizando el ritmo, ganando tiempo, rompiendo las jugadas. Cada minuto del tiempo adicional (5 min) los acercaba un poco más a la gloria, haciendo subir la adrenalina en los cuerpos de millones de marroquíes frente a sus pantallas. ⚽️?? La explosión de alegría de los jugadores marroquíes, la comunión con los aficionados, las lágrimas de Mohamed Ouahbi, y los argentinos aturdidos… Una secuencia a la altura de la hazaña y del recorrido de nuestros U20 ???#FIFAWorldCup #U20 pic.twitter.com/0f5G6Zbdrz — Yabiladi.com (@yabiladi_fr) October 20, 2025 Un triunfo histórico Al sonar el silbato final, el banquillo marroquí estalló. Las lágrimas del seleccionador Mohamed Ouahbi, los abrazos por todo el campo y en el estadio, las banderas ondeando en alto: Marruecos acababa de conquistar el primer título mundial de su historia. ???Mientras los cláxones resuenan en las calles marroquíes, Hossam Essadak levanta la primera Copa del Mundo ⚽️ ? para Marruecos ?? #FIFAWorldCup #U20 pic.twitter.com/DLhrMxtO7v — Yabiladi.com (@yabiladi_fr) October 20, 2025 Este triunfo no es solo el de una generación. Consagra años de inversión, formación y fe en la juventud marroquí. Confirma el ascenso de un fútbol que ya no teme competir con las grandes naciones. En las calles del reino, los cláxones resonaron en plena noche. Marruecos vibró con un orgullo colectivo: el de un país que, de Doha a Santiago, ahora traza su camino entre los grandes. Un 20 de octubre de 2025 que, para siempre, será recordado.