Hacia finales del siglo XXI, la región desértica del Sahara podría experimentar un incremento de más del 75% en las precipitaciones de verano en comparación con el promedio actual, según un reciente estudio multimodelo. La investigación, liderada por Thierry Ndetatsin Taguela de la Universidad de Illinois en Chicago, se basa en el análisis de 40 modelos climáticos. Los resultados comparan los periodos 2050–2099 y 1965–2014, pronosticando un aumento significativo de las lluvias en el norte, este y centro de África, mientras que el suroeste del continente podría enfrentar condiciones más secas. A pesar de este aumento, los científicos advierten que el Sahara no se transformará en una zona verde. Aunque la precipitación media anual, actualmente de unos 7,5 centímetros, podría incrementarse, muchas áreas seguirán recibiendo poca o ninguna lluvia. La tendencia hacia una mayor humedad está en consonancia con una atmósfera más cálida, capaz de retener más humedad y potencialmente intensificar las precipitaciones durante las tormentas. No obstante, los investigadores destacan la existencia de grandes incertidumbres, ya que más del 85% de la variabilidad entre los modelos está relacionada con la simulación de procesos a pequeña escala, como la formación de nubes y la convección. «Debemos comenzar a planificar para enfrentar estos cambios, desde la gestión de inundaciones hasta el desarrollo de cultivos resistentes a la sequía», declaró Taguela, enfatizando la importancia de implementar estrategias de adaptación de manera anticipada. El estudio fue publicado en npj Climate and Atmospheric Science.