Tras la polémica multa impuesta a un café de Taza por la difusión de una canción de Fairuz, la Oficina Marroquí de Derechos de Autor aclaró su papel, insistiendo en la recaudación de derechos y no de multas. El Observatorio Marroquí de Protección al Consumidor critica este enfoque punitivo, llamando a una sensibilización previa y a la implementación de guías claras para los establecimientos involucrados. La controversia desatada por la multa a un propietario de una cafetería en Taza, tras reproducir una canción de la famosa cantante libanesa Fairuz en su local, ha llevado a la Oficina Marroquí de Derechos de Autor y Derechos Conexos (BMDA) a emitir un comunicado para aclarar su postura ante lo que considera «ideas erróneas» difundidas en algunos medios y redes sociales sobre su labor de recaudar derechos de autor. La BMDA explicó que es una entidad de gestión colectiva creada por el Estado bajo la ley 25.19, con la autoridad legal para proteger y gestionar los derechos de autor y conexos, conforme a las disposiciones de la ley 2.00. Subrayó que una de sus principales funciones es recaudar estos derechos para redistribuirlos a los titulares, asegurando al mismo tiempo un control riguroso sobre el uso de las obras y las actuaciones. «Derechos, no multas ni tarifas» La Oficina añadió que su proceso de verificación incluye el seguimiento del uso de las obras, la frecuencia y los modos de explotación, así como la implementación de actividades de vigilancia para prevenir cualquier uso ilegal. Aclaró que la recaudación de derechos se realiza conforme a las tarifas publicadas en el boletín oficial, y abarca establecimientos como cafeterías, hoteles, restaurantes y otros lugares donde se realice la «transmisión pública» de obras protegidas a través de televisión, radio u otros medios de comunicación pública. Insistió en que los derechos recaudados son realmente «derechos, no multas ni tarifas». La polémica surgió después de que el dueño de la cafetería compartiera en Facebook documentos relacionados con el incidente, acompañados de un comentario sarcástico: «Hoy, un comité del Ministerio de Cultura encargado de supervisar el uso de las obras vino a la cafetería, y fui atrapado en flagrante delito por haber difundido una canción matutina de Fairuz. También se elaboró un informe oficial por un agente autorizado.» Agregó: «Un exceso de preocupaciones hace reír, y gracias a Dios, fue por Fairuz.» No hay castigo antes de la concienciación Según el aviso emitido respecto a la cafetería, el monto a pagar asciende a 4 840 dirhams, incluyendo 4 800 dirhams de derechos de autor y 40 dirhams de gastos de timbre de licencia, para el período de explotación mencionado en el documento. El Observatorio Marroquí de Protección al Consumidor intervino publicando una declaración en la que expresó su «profunda insatisfacción» ante el incidente de Taza, rechazando «el enfoque punitivo antes que el de concienciación». Hizo un llamado a suspender estas medidas hasta establecer un marco de comunicación claro con los propietarios de cafeterías, y a la publicación de guías oficiales que expliquen lo que está permitido y lo que no. El Observatorio también abogó por un enfoque progresivo que tenga en cuenta la situación social y económica, subrayando la necesidad de proteger los derechos de los creadores sin perjudicar a un sector que emplea a miles de familias y afecta directamente a los consumidores.