Mohammed El Bazzazi, apodado «El Hombre del balón», ha transformado su pasión por el fútbol, nacida en las montañas marroquíes, en una carrera como freestyler internacional. A pesar de la falta de infraestructuras en su región natal, ha sabido destacar en la Copa Árabe en Catar, y sueña con representar a Marruecos en los eventos deportivos más importantes del mundo. DR ‹ › La infancia de Mohammed El Bazzazi no fue muy distinta a la de muchos niños en las regiones montañosas de Marruecos. En el corazón de la tribu Ghzaoua, entre Ouezzane y Chefchaouen, cultivó su pasión por el fútbol, a pesar de la falta de campos y clubes. Con recursos limitados, supo trazar su propio camino. En las callejuelas de su barrio, el joven Mohammed admiraba vídeos de Ronaldinho, Neymar y otras estrellas del fútbol en los teléfonos de sus vecinos mayores, los únicos que los poseían en esa época. Observaba y memorizaba sus movimientos, soñando con seguir sus pasos algún día. Pero la realidad era dura. La región carecía de infraestructuras deportivas, y su trayectoria escolar se vio interrumpida. Tras el sexto año, Mohammed tuvo que dejar la escuela, ya que el colegio estaba demasiado lejos y vivir lejos de su aldea era impensable. En conversación con Yabiladi, confiesa: «Mi padre falleció cuando yo tenía tres años, dejando a mi madre sola para mantenernos, lo que hacía difícil continuar los estudios dada nuestra situación social y económica». Un talento forjado por la determinación y el trabajo personal Así, Mohammed entró muy pronto en la vida laboral, encadenando trabajos pequeños sin abandonar nunca su pasión por el fútbol. «El balón era mi compañero constante», dice con una sonrisa. Se entrenaba sin descanso, a veces de cuatro a seis horas seguidas, para perfeccionar su talento y añadirle su toque personal. Poco a poco, lograba reproducir los movimientos espectaculares de los jugadores internacionales. Así fue como se integró en el mundo del freestyle, donde pudo mostrar todo su talento. Mohammed, apodado «El Hombre del Balón», no dejó de perfeccionarse, pasando del entrenamiento individual a las presentaciones ante el público en diversas salas. Fue su primer paso hacia el profesionalismo, a pesar de contar con recursos limitados. «En Marruecos, recibía ofertas para mostrar mi talento, a veces gratis, a veces por sumas muy modestas que no superaban los 100 dirhams. En mis desplazamientos a otras ciudades, perdía más de lo que ganaba». Presencia en la Copa Árabe A principios de 2024, recibió una oferta de trabajo en Turquía para realizar espectáculos de freestyle en espacios de ocio. Allí, la experiencia fue diferente. Durante siete meses, frente a un público numeroso y de diversas nacionalidades, afinó su talento y mostró todo de lo que era capaz. Considera esta experiencia como la más importante de su carrera, por la exposición, el desarrollo y la confianza en sí mismo que le aportó. Tras finalizar el contrato, regresó a Marruecos, donde comenzó a trabajar con asociaciones y clubes de fútbol, presentando espectáculos en ceremonias de apertura o finales, «pero siempre por cantidades relativamente modestas». Luego regresó a Turquía para otro contrato de unos meses, antes de que se le presentara una oportunidad excepcional. Tras recibir una invitación de organizaciones que colaboran con la FIFA para espectáculos de freestyle durante la Copa Árabe, partió hacia Catar. Allí, se presentó ante grandes multitudes de aficionados en las inmediaciones de los estadios, vistiendo la camiseta de la selección nacional marroquí. Animado por aficionados de diversas nacionalidades, expresa su orgullo de representar positivamente a su país, esperando tener la oportunidad de repetir la experiencia durante la Copa de África en Marruecos en los próximos días. Más allá de este evento continental, Mohammed sueña con recorrer el mundo, presentarse en diferentes países y representar a Marruecos en los más grandes eventos deportivos. También aspira a abrir una tienda en Marruecos dedicada al fútbol. Sin embargo, Mohammed no oculta su decepción ante el escaso reconocimiento del freestyle en Marruecos. «Es difícil vivir de este deporte en el reino, salvo a través de publicidades o grandes espectáculos, a diferencia del extranjero, donde el freestyle es considerado una actividad lucrativa y reconocida».