El Fuerte Rottembourg, el primer edificio de hormigón armado jamás construido en Marruecos, estuvo abandonado durante mucho tiempo. Antes de ser reconvertido en 2019 en un museo de la fotografía. Este lugar cargado de historia diplomática, que involucra a Marruecos, Alemania y Francia, permite ahora que el arte brille en el corazón de una arquitectura con una huella particular. A tan solo dos kilómetros de la emblemática Kasbah de los Oudayas, siguiendo la cornisa de Rabat, se erige un fuerte imponente que no pasa desapercibido. Este bastión, conocido como el Fuerte Rottembourg, se encuentra estratégicamente ubicado frente al barrio Océano de Rabat, entre el faro de la ciudad y el antiguo hospital militar. Originalmente, este fuerte era conocido como Fuerte Hervé o Borj El Kebir. La construcción de esta fortificación data de finales del siglo XIX, cuando se levantó para albergar dos cañones de 30 toneladas, un obsequio de Alemania. El fuerte lleva el nombre de su arquitecto alemán, Walter Rottembourg, quien supervisó las obras desde junio de 1888 hasta su finalización en junio de 1894. Símbolo diplomático Durante su construcción, el fuerte se erigió como un «símbolo diplomático significativo y un reflejo de las tensiones políticas de la época. Mientras las potencias europeas debatían el futuro del Reino alauita, se libraba una lucha de influencias entre franceses y alemanes», destaca la Fundación Nacional de Museos en un documento compartido con Yabiladi. Según la misma fuente, los alemanes buscaban «ganarse el favor del Sultán Moulay Hassan (1873-1869), quien intentaba con desesperación preservar su país de la colonización», mediante este presente. Durante el periodo del protectorado francés en Marruecos, los franceses rebautizaron la fortificación como «fuerte Hervé». Renovación y transformación El Fuerte Rottembourg experimentó un largo periodo de abandono antes de ser restaurado en los últimos dos años para convertirse en un museo de fotografía. La elección de esta nueva función por parte de la Fundación Nacional de Museos no es casual. La ubicación y la arquitectura del fuerte, con sus «rasgos arquitectónicos defensivos singulares», lo hacen ideal para esta transformación, señala una fuente de la FNM a Yabiladi. Además, su emplazamiento sobre un acantilado con vistas al océano Atlántico refuerza «su significado simbólico, poético y contemplativo». El monumento se encuentra próximo al barrio Océano, que «está repleto de elementos arquitectónicos y urbanos de la época colonial», añade la misma fuente. En su inauguración en 2019, el museo presentó una exposición titulada «sourtna» (nuestra foto), destacando a fotógrafos marroquíes reconocidos internacionalmente por sus enfoques artísticos únicos. «La idea principal era iniciar esta aventura con un soplo de esperanza y confianza en nuestra juventud, brindándoles la oportunidad de exponer por primera vez en un museo marroquí dedicado a la fotografía», explica a Yabiladi Soufiane Errahoui, conservador del museo de fotografía. La curaduría de esta exposición fue encomendada a uno de los fotógrafos más destacados de Marruecos: Yassine Alaoui Ismaili, conocido como Yoriyas, quien ha ganado reconocimiento internacional y ha sido objeto de artículos en medios de renombre como The New York Times, The Washington Post y The Guardian. La exposición se divide en dos partes: una interior, donde «los visitantes pueden tanto explorar el edificio como disfrutar de las fotografías exhibidas», y una exterior, que busca «inculcar la idea del arte en el espacio público, dinamizar el entorno del fuerte» y convertirlo en un punto de encuentro para los amantes del arte.