La contribución de los servicios de inteligencia en los logros diplomáticos de Marruecos, especialmente en la cuestión del Sahara, es innegable. Un estatus reconocido por potencias mundiales y estados africanos. Durante mucho tiempo enfocados en la lucha antiterrorista dentro de sus propias fronteras, los servicios de inteligencia marroquíes se han convertido en actores clave más allá de sus límites geográficos. Desde elogios oficiales de Washington hasta misiones de mediación en el Sahel, Rabat se ha consolidado como un pilar tanto en seguridad como en diplomacia. En febrero de 2021, la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST) recibió felicitaciones del Federal Bureau of Investigation (FBI, oficina de Nueva York) y de la Central Intelligence Agency (CIA) por su colaboración en la lucha contra el terrorismo. Semanas antes, la información proporcionada por los servicios de Abdellatif Hammouchi permitió frustrar un atentado terrorista planeado por un soldado estadounidense en un cuartel, en nombre de Daesh. Estos reconocimientos allanaron el camino para que los entonces directores del FBI, Christopher Wray, y de la CIA, William Burns, visitaran Marruecos para reunirse con Hammouchi, en febrero y abril de 2023, respectivamente. Cabe recordar que durante su visita a Rabat el 5 de diciembre de 2019, el exsecretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, también se reunió con Abdellatif Hammouchi en la sede de la DGST. Marruecos refuerza su influencia en el Sahel En África, la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED) es requerida por varios Estados para enfrentar amenazas terroristas y calmar tensiones políticas con antiguas potencias coloniales en declive de influencia. En la lucha contra el extremismo en el Sahel, la DGED ha asistido recientemente al ejército nigerino en la neutralización del líder de Boko Haram. En el ámbito diplomático, los servicios marroquíes también desempeñan un papel crucial en la región. Una mediación marroquí permitió la liberación de cuatro espías franceses en Burkina Faso en 2024. Ciudadanos europeos secuestrados por grupos terroristas también han sido liberados gracias a los servicios de inteligencia marroquíes, como el alemán Jörg Lange en diciembre de 2022. En Malí, una colaboración entre la Agencia Nacional de Seguridad del Estado de Malí y la DGED logró la liberación en agosto de los cuatro camioneros marroquíes secuestrados en enero de 2025 por un grupo terrorista. Marruecos trabaja discretamente para convencer a los militares en el poder en Níger, desde julio de 2023, de liberar al expresidente elegido democráticamente, Mohamed Bazoum. Esta presencia en el Sahel está destinada a fortalecerse. Marruecos se convierte en un interlocutor privilegiado de los países del Sahel, especialmente Malí, Níger y Burkina Faso, agrupados en la Alianza de Estados del Sahel. El rey Mohammed VI recibió el 28 de abril de 2025 a los ministros de Relaciones Exteriores de la AES. Chad, que mantiene excelentes relaciones con Rabat, podría unirse a esta alianza. Ndjamena ya dio un paso adelante el 6 de agosto, durante la visita del presidente chadiano Mahamat Idriss Déby a Níger. Chad se adhirió en diciembre de 2023 a la iniciativa real que facilita el acceso de los países del Sahel al océano Atlántico. Una reconfiguración regional que preocupa La influencia marroquí en el Sahel es reconocida por el gobierno francés, antiguo actor principal en la región. «Las gafas de ayer» para observar África «están desfasadas», declaró el presidente Emmanuel Macron en su discurso de octubre de 2024 ante el Parlamento marroquí. Este «renacimiento», deseado por el jefe de Estado, pasa necesariamente por el reino. «Marruecos, por su geografía, su historia, su cultura, y la visión de sus soberanos, afirma desde hace tiempo su vocación de plataforma, de mediador, de camino singular (...) Por ello, creo profundamente que debemos trabajar juntos, y sé que puedo inspirarme en su país y en su acción en el Sahara y el Sahel», añadió. La influencia de Marruecos en el Sahel y en África debería consolidarse con el proyecto del ejército estadounidense de instalar un mando militar para África en Marruecos. Si bien las acciones de los servicios de inteligencia marroquíes son aplaudidas por algunos, como en Estados Unidos y el Sahel, también generan reticencias en otros lugares. En España, aunque los gobiernos de derecha e izquierda reconocen la cooperación marroquí en el desmantelamiento de células terroristas, algunos medios, militares retirados y ciertas fuerzas políticas expresan preocupaciones sobre una «amenaza» para la seguridad española proveniente de Rabat. Estos actores tienen dificultades para aceptar la reconfiguración de seguridad en la región.