Los habitantes de Alhucemas y su región llaman de manera recurrente a la desmilitarización de su ciudad. Una reivindicación mencionada durante una manifestación al día siguiente de la muerte de Mohcine Fikri, el 28 de octubre de 2016. Un repaso a la historia y los eventos que condujeron al Dahir real del 29 de noviembre de 1958. La ciudad de Alhucemas ha sido, durante meses, el epicentro de un movimiento de protesta que se desató tras la trágica muerte de Mohcine Fikri. Mediante sentadas, manifestaciones y marchas, los habitantes han exigido que las autoridades cumplan con una serie de medidas urgentes. Entre estas demandas, se destaca una antigua reivindicación que data de 1958: los rifeños llevan meses pidiendo la desmilitarización de Alhucemas. Esta solicitud ha sido respaldada por varias ONG e incluso partidos políticos. Pero, ¿qué ocurrió realmente tras la independencia de Marruecos para que la capital del Rif fuera declarada zona militar? El Ejército de Liberación Nacional, Aix-les-Bains y la independencia parcial Para responder a esta pregunta, es necesario retroceder en el tiempo. Estamos en 1956, y Marruecos acaba de obtener su independencia tras la firma del Tratado de Aix-les-Bains. Sin embargo, mientras muchos marroquíes celebraban la noticia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) alzó la voz, calificando la independencia como «parcial». Al rechazar el tratado, el ELN decidió continuar sus operaciones militares en varias regiones del país. Esta decisión irritó especialmente a la administración marroquí y al Partido del Istiqlal, que por entonces tenía una gran influencia. La tensión se intensificó con el asesinato del resistente rifeño Mohamed Ben Abdallah Ben Taïeb Ben El Habib, conocido como Abbas Messaâdi, el 27 de junio de 1956. Este fue un punto de no retorno en la crisis política que cambiaría para siempre la región del Rif. Inicialmente enterrado en Fez, el cuerpo de Messaâdi fue trasladado casi dos años después a su pueblo natal en Ajdir, provincia de Alhucemas. Su segundo funeral estuvo marcado por enfrentamientos entre rifeños y autoridades locales, que derivaron en una manifestación que se extendió por todo el Rif. Durante estos eventos, Mohamed El Haj Salam Ameziane llamó a la desobediencia y al boicot del Makhzen y del Partido del Istiqlal, convirtiéndose en un símbolo de la insurrección. La situación evolucionó rápidamente. El 7 de octubre de 1958, se formó un movimiento de liberación del Rif. Ese mismo día, se redactó un memorando con las reivindicaciones de la población, destacando tres puntos cruciales: declarar al Rif como región autónoma, poner fin al exilio de Mohamed ben Abdelkrim El Khattabi y expulsar a los agentes coloniales de las tierras rifeñas. El Estado marroquí ignoró estas demandas, lo que llevó al movimiento a tomar acción y convertirse en una organización armada bajo el liderazgo de Chrif El Khamlichi. Un Dahir, un embargo y una ira real Las tensiones entre el Estado marroquí y la región continuaron hasta que, el 29 de noviembre de 1958, Alhucemas fue declarada zona militar mediante el Dahir real n° 1.58.381, publicado en el Boletín Oficial n° 2405. Este documento fue firmado por Ahmed Balafrej, entonces Primer Ministro de Marruecos. El Dahir real n° 1.58.381 publicado en el Boletín Oficial n° 2405. / Ph. DREl Dahir real n° 1.58.381 publicado en el Boletín Oficial n° 2405. / Ph. DR El 9 de enero del año siguiente, el fallecido rey Hassan II, entonces príncipe heredero, supervisó personalmente el envío de varias brigadas del ejército para pacificar el Rif y sofocar el levantamiento. El ejército marroquí, liderado por el general Mohamed Oufkir, llegó a Alhucemas el 16 de enero de 1959 en una de las operaciones militares más sangrientas. Cientos de personas murieron y fueron enterradas en fosas comunes. Tras la represión, Alhucemas y su región quedaron marginadas económicamente debido a la falta de inversiones públicas en sectores como la salud y la educación. El Estado también mantuvo el aislamiento de la región al no invertir en infraestructuras y carreteras. Esta situación llevó a muchos habitantes a emigrar a Europa. Las estadísticas de 1971 muestran que Al Hoceima era la segunda provincia con más emigrantes, después de Nador, con 19 de cada 1000 personas optando por abandonar el país. La marginación también fomentó el desarrollo de actividades paralelas, informales e incluso ilegales, como el contrabando y el tráfico de cannabis. Los rifeños volvieron a protestar el 19 de enero de 1984 contra las medidas económicas de ajuste estructural que aumentaron los precios de productos básicos y el costo de vida. Al igual que en 1958, la revuelta de 1984 fue reprimida. Según la versión oficial, estos eventos dejaron solo cuatro muertos entre los manifestantes. Al día siguiente, el rey Hassan II pronunció un discurso incendiario, calificando a los rifeños de «salvajes». «Me dirijo a los salvajes de Nador, Alhucemas, Tetuán y Ksar El Kébir, esos desempleados que viven del contrabando y los robos. Les digo que vayan a prisión. La gente del Norte ya conoció al príncipe heredero», en referencia a la represión de 1958. A pesar del cambio, se mantiene el enfoque de seguridad Desde la entronización del rey Mohammed VI, los observadores han notado un cambio significativo en la política del Estado hacia Alhucemas. Se han lanzado varios proyectos para mejorar las infraestructuras y el desarrollo urbano de la ciudad. Sin embargo, el enfoque de seguridad no ha cambiado. Un año después de su entronización, en 2000, el rey visitó la ciudad y su región, siendo la primera visita de un monarca alauita desde los eventos de 1958. Cinco años después, la Instancia de Equidad y Reconciliación (IER) publicó su informe final. Aunque este organismo, liderado por Driss Benzekri, recomendaba establecer protocolos amplios de reparación y mantener la memoria histórica, no mencionó a los responsables de los eventos de 1958, calificando estos casos de represiones violentas como «conflictos partidistas». Esto provocó la indignación de activistas y académicos de la región. El 20 de febrero de 2011, la ciudad y su región fueron nuevamente escenario de protestas convocadas por el Movimiento del 20 de Febrero. Estas manifestaciones también estuvieron marcadas por la violencia, especialmente en Beni Bouayach e Imzouren. Se dice que cinco jóvenes rifeños perdieron la vida durante estas protestas, aunque la versión de los hechos sigue siendo motivo de discordia entre los rifeños y las autoridades. Es importante recordar que Alhucemas ha vuelto a ser escenario de manifestaciones desde finales de octubre de 2016, tras la muerte de Mohcine Fikri, un vendedor de pescado que murió atrapado en un camión de basura el 28 de octubre.