El Comité Especial de Descolonización (C-24) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrado el martes, se convirtió en un enfrentamiento entre Marruecos y Argelia sobre la cuestión del Sahara. Mientras Rabat destacó el creciente apoyo internacional a su iniciativa de autonomía como una solución realista y consensuada, Argelia reiteró su demanda de un referéndum, criticando lo que describió como el fracaso de las Naciones Unidas para poner fin a los «últimos bastiones del colonialismo». Como en años anteriores, el Comité Especial de Descolonización (C-24) de la Asamblea General de las Naciones Unidas se convirtió nuevamente en el campo de un acalorado debate entre Marruecos y Argelia sobre el conflicto del Sáhara, el pasado martes. En su intervención, la representante de Marruecos, Majda Moutchou, destacó que el «momento internacional positivo» favorece una «solución política realista, duradera y consensuada». Subrayó que más de 118 países, incluidos tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad, respaldan la iniciativa marroquí de autonomía propuesta en 2007. Criticó al comité por limitarse a ver la cuestión del Sáhara solo desde la perspectiva de la descolonización, argumentando que tal enfoque «no refleja la realidad histórica ni los desarrollos sobre el terreno». Moutchou también insistió en que la obstinación de un Estado «no debería obstaculizar» el proceso político liderado por el Secretario General de la ONU, instando a considerar la evolución de las normas jurídicas internacionales. Por su parte, Argelia instó a las Naciones Unidas a tomar medidas firmes para erradicar lo que considera los «últimos bastiones del colonialismo». A pesar de que la ONU ha reconocido desde principios de los 2000 la imposibilidad de organizar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara debido a desacuerdos sobre la identificación del colegio electoral entre Marruecos y el Frente Polisario, el representante argelino, Amar Bendjama, renovó su llamado para llevar a cabo dicho referéndum. Bendjama criticó la incapacidad persistente de la Misión de la ONU (MINURSO) para organizar este referéndum desde su creación hace casi cuarenta años, exhortando al comité a «utilizar todos los medios disponibles para poner fin al proceso de descolonización». Intentó presentar a su país como una parte neutral, subrayando que «el único camino» para resolver el conflicto es reanudar negociaciones directas y serias entre Marruecos y el Frente Polisario. Representantes y activistas de la sociedad civil La sesión también contó con la participación de representantes de las provincias saharianas y activistas de la sociedad civil. Ghalla Bahiya, vicepresidenta de la región de Dakhla-Oued Eddahab, afirmó que «el plan de autonomía presentado por Marruecos a las Naciones Unidas en 2007 ofrece un camino práctico, equilibrado y digno», otorgando al Sáhara marroquí «un alto grado de autonomía». Mohamed Abba, representante del consejo de la región Laayoune-Sakia El Hamra, destacó los grandes proyectos de infraestructura en el Sáhara, resaltando que la región se centra en invertir en las personas, con más de 36,5 millones de dirhams destinados a la educación, la salud y el compromiso de los jóvenes. También se abordó la situación en los campamentos de Tinduf. Touria Hamain, de la Asociación para la libertad de las mujeres detenidas en los campamentos de Tinduf, denunció fenómenos como el matrimonio forzado, la violencia de género y las restricciones a la libertad de movimiento y expresión. Condenó lo que considera «la complicidad del Estado anfitrión», llamando a la comunidad internacional a exigir una investigación independiente sobre las violaciones sistemáticas en Argelia. En el mismo contexto, Zine El Abidine El Ouali, representante del Foro Africano para la Investigación y los Estudios sobre Derechos Humanos, denunció el desvío, robo y venta de ayuda humanitaria, así como el reclutamiento de niños en los campamentos. El activista Saad Benani declaró que «el Frente Polisario no es una voz para la paz, sino más bien un grupo separatista armado que recurre al terrorismo, la represión y la manipulación ideológica». Por el contrario, el representante del Frente Polisario, Sidi Mohamed Omar, intentó minimizar la importancia de la propuesta de autonomía, calificándola de «farsa y maniobra con la que el Estado ocupante busca legitimar su ocupación ilegal del Sáhara Occidental». Ahmed Mohamed Fall, representante de la organización "CODESA", hizo eco de este sentimiento, afirmando que los miembros de su organización «enfrentan represión, represalias, asedio y aislamiento», y llamó a una intervención internacional urgente «para activar el derecho humanitario, instando a la creación de un mecanismo de protección de la ONU». Amplio apoyo a la propuesta de autonomía Numerosas delegaciones, incluidas las de Santa Lucía, Senegal, Sierra Leona, Gambia, Togo, Comoras y la República Democrática del Congo, expresaron su apoyo a la iniciativa marroquí de autonomía, describiéndola como una «solución realista y factible» para garantizar la estabilidad y la paz en la región. Varias otras delegaciones también instaron a las partes involucradas — Marruecos, Argelia, Mauritania y el Frente Polisario — a continuar participando en el proceso político. El representante de Antigua y Barbuda señaló que el reciente apoyo al plan de autonomía por parte de un Estado miembro del Consejo de Seguridad refuerza su legitimidad como «camino práctico hacia una solución». El representante de la República Dominicana instó a todas las partes a aprovechar el creciente impulso en torno a esta iniciativa para alcanzar una solución duradera y mutuamente aceptable. El representante de Guinea Ecuatorial afirmó que «la iniciativa marroquí ofrece un camino constructivo para resolver este conflicto regional», elogiando los esfuerzos de Marruecos en el desarrollo social y económico en el Sáhara marroquí, especialmente en los ámbitos del desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y la promoción de la cultura local. En la misma línea, el representante de Guinea-Bisáu declaró que el compromiso del gobierno marroquí con el bienestar de los habitantes del Sáhara marroquí ha llevado a su país a abrir consulados en Laayoune y Dakhla. También expresó su preocupación por las condiciones de los refugiados en los campamentos de Tinduf, condenando las violaciones de derechos humanos que se cometen allí, especialmente las que afectan a mujeres y niños. El representante de Kuwait, hablando en nombre del Consejo de Cooperación del Golfo, elogió los esfuerzos de las Naciones Unidas para resolver el conflicto, incluidos los esfuerzos del Secretario General y su enviado personal, Staffan de Mistura. Subrayó la importancia de respetar la seguridad y la integridad territorial de Marruecos y llamó a crear condiciones propicias para la reanudación del diálogo. El Frente Polisario... Los mismos apoyos Como de costumbre, Venezuela destacó en su intervención la necesidad urgente de preservar «el horizonte político» y «aliviar los sufrimientos de los saharauis». Nicaragua consideró que la cuestión del Sáhara no está aislada, sino que es «parte de la lucha mundial contra el colonialismo». Zimbabue y Namibia expresaron su solidaridad con el «pueblo saharaui» en su lucha «por la libertad, la independencia y la autodeterminación», mientras que el representante de Sudáfrica, al igual que Argelia, afirmó que la MINURSO no ha logrado cumplir su tarea principal de organizar un referéndum de autodeterminación, subrayando la necesidad de medidas urgentes por parte de las Naciones Unidas para organizar este «derecho tan esperado». El representante de Timor Oriental destacó que los intereses económicos «han complicado el proceso político y contribuido a mantener el statu quo». Finalmente, Belice expresó la esperanza de que «los saharauis puedan disfrutar de su derecho a sus recursos».