Al Adl wal Ihsane considera que la adopción de la resolución 2797 (2025) por parte del Consejo de Seguridad de la ONU «representa un avance significativo hacia una solución razonable a este problema». En su comunicado, el movimiento islamista subraya que «la fortaleza de Marruecos radica en su unidad, en la cohesión de su tejido social y territorial, y en su rechazo a cualquier forma de división o fragmentación, de la cual solo se benefician los enemigos de la nación». AWI expresa su convicción de que «la propuesta de autonomía, si se implementa de manera democrática, justa, transparente y respetando los principios de buena gobernanza, puede representar una verdadera oportunidad de desarrollo para las provincias del Sur». Fiel a su línea crítica hacia el poder, el movimiento no obstante cuestiona «el enfoque unilateral que ha caracterizado la gestión de la cuestión sahariana desde sus inicios», argumentando que este «ha privado a los marroquíes de su derecho legítimo a participar plenamente en su resolución». El comunicado también denuncia «la instrumentalización de la cuestión del Sahara para ocultar las graves crisis económicas, sociales, políticas y de derechos humanos que afectan al país». Al Adl wal Ihsane insiste en que «toda verdadera autonomía debe inscribirse en un proyecto democrático integral que garantice la justicia, la libertad y la participación efectiva de todos los marroquíes». El movimiento sostiene que «una soberanía nacional auténtica sobre las provincias del Sur no puede lograrse sin una soberanía popular sobre la toma de decisiones políticas, ejercida a través de una democracia genuina». Y concluye advirtiendo sobre «la amenaza más grave que pesa sobre la soberanía nacional: el intento de chantaje que busca vincular la resolución de la causa nacional a una normalización de las relaciones con la entidad sionista criminal».